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Mi cabello rosa estaba tal y como antes de que me anunciaran que tenía cáncer. Estaba tan lindo, suave y esponjoso como antes de todo. Tenía unas pequeñas flores colocadas por encima del flequillo que se veían muy bonitas.

-Para de verte tanto al espejo -sentí la voz de él tras mío- pequeño narciso.

Me di vuelta hacia él. Estaba tan lindo como siempre, tenía un aspecto jovial, ninguna ojera y ninguna marca en los brazos por inyecciones o algo por el estilo.

-¿Pequeño? -sonreí- soy más grande que tú.

-Solo en edad, pequeñín -rió mientras me sacaba la lengua por ser más alto que yo.

Jungkook me tomó la mano y juntos salimos de la pequeña habitación en la que estaba la cual jamás había estado en mi vida. Abrió la puerta y me encontré con un campo inmenso que estaba lleno de árboles y hojas que volaban por producto del viento que corría de forma fuerte.

En medio había un mantel con una canasta de mimbre, ¿Es acaso una especie de picnic todo esto? Él me dijo que tomara asiento y así lo hice, se colocó frente a mí y de la canasta sacó cosas para merendar; jugos, sándwiches, fruta, etc.

Él me conversó más de su vida. Me contó la felicidad que le producían los atardeceres, me contó sobre los sueños que solía tener, me contó de la simpleza con la que veía la vida.

Así fue como siempre imaginé nuestra primera cita o salida.

-Deberías abrigarte -comenté- está empezando a correr un aire helado y podrías resfriarte.

-¿Y eso qué? -sonrió- un resfriado no me hará nada más que llenarme de mocos, ¿no te gustaria darme un besito con mocos?

-¡Ay, Kookie! -chillé- ¡qué asco!

Se acercó un poco a mí y me dio un pequeño beso en los labios.

Nos quedamos un largo rato allí tomados de las manos como una verdadera pareja ¿Acaso lo somos?

Una silueta de un hombre apareció junto a uno de los árboles y se nos quedó viendo. No le tomé mucha importancia, yo estaba más pendiente de él y de la forma en que sonreía al hablar.

-Te quiero mucho, Jimin -susurró- te voy a extrañar.

-¿Por qué me extrañarás? -pregunté.

-Me tengo que ir...-soltó mi mano y se puso de pie- debo hacer un viaje

-¿Te tienes que ir ahora?

-Sí... ya me vienen a buscar, de hecho -suspiró mientras señalaba aquella silueta- perdón.

-p-p-pero, ¿No puedes irte en un rato más? -dije un poco desesperado.

-No, pequeñín... no puedo, lo siento mucho.

Me puse de pie. Él ya había emprendido su camino hacia tal silueta. Aunque solo estaban a unos metros, sentí muy eterno el trayecto siendo que estaba corriendo tras él. Había algo que me impedía poder alcanzarlo.

Por más que le grité él no se volteó nunca. Yo estaba con mis ojos empapados. La silueta abrió una especie de capucha que traía en la cual él entró. Me tiré en el suelo para intentar arrastrarme, pero la fuerza que ahora me controlaba no me lo permitía.

-¡JUNGKOOK! -grité con todas mis fuerzas- ¡JUNGKOOK!

-¿Jimin? -sentí la voz de mi madre- Jiminnie, bebé ¿qué pasó?

Seguía en el hospital con el oxígeno en mi boca. En seguida me lo saqué y lo tiré hacia un lado. Pasé mis manos por mi cara que estaba húmeda debido a mis lágrimas por ese sueño tan raro.

Por cierto, ¿Dónde está él? Solo veo a mi madre frente a mis ojos como loca preguntándome qué me había pasado.

-Fue solo una pesadilla... -me excusé.

-¿Seguro, bebé? ¿No te duele nada?

-Estoy seguro, mamá... en serio -suspiré.

Creí que al despertar lo vería a él o algo, pero no, me equivoqué.

Mi padre había ido a buscar el auto. Al parecer me darían el alta mañana por la mañana. El sueño que pensé que habían sido 5 minutos fue en realidad 17 horas las cuales no se presentó ninguna alteración o dolor.

Ya eran como las 11:30 de la noche. Mi madre ya se tenía que ir y papá la estaba esperando con el auto afuera del hospital. Me ayudó a abrir un yogur para comer algo que sea y dejarme las cosas listas para mañana en la mañana.

-Llegaré aquí temprano ¿bien? -me sonrió.

-Gracias, mamá -le sonreí- mmh... por casualidad... ¿No has sabido nada de Jungkook?

Ella negó rotundamente con la cabeza.

¿Se encontrará bien? ¿Estará con esa silueta tal y como soñé?

-Bueno, amor... ya mañana te vas a casa -besó mi mejilla.

-supongo -suspiré un poco triste.

-mmh... sabes... ahora que me acuerdo, tu padre me dijo que un niño había venido a verte y te dejó una carta. Quizás sea de Jungkook.

De su cartera sacó un sobre que decía "para Jimin". Ella se marchó y cuando me aseguré por completo que no estaba procedí a abrir la carta.

Era de él.

Con tal solo olerla lo pude sentir.

"Nadie me ha querido decir que es lo que te ha pasado y de verdad que estoy muy preocupado.

Cuando te vi en la camilla con el oxígeno no sabía en qué pensar, por un momento sentí como dejaba de respirar de a poco. Nunca había sentido algo tan angustiante como lo fue verte así.

Pensé que vería a tu madre, pero no me la he topado. Solo veo a un señor afuera de la habitación a cada rato. Supongo que es tu padre, se parecen bastante con la única diferencia que tú eres más lindo, tierno y amoroso.

Solo espero que estés bien, Jimin. Necesito saber que lo estás para yo también estarlo.

Te quiero y espero que te mejores.

Kookie."

He ~ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora