-Bien señoritas, también estoy en mi deber de informarlas sobre su contrato – Nosotras esperábamos que nos despidiese como cualquier otro jefe haría… - Bien, lo primero que les debo de preguntar es quién de ustedes 2 fue la que contactó con nosotros.
-Yo contacté con ustedes – Dije
-Bien, supongo que le mandaron un fax con el contrato ¿no es así? – Asentí con mi cabeza al no poder articular palabra, me temía lo peor – Y también supongo que estaban tan ilusionadas con la oportunidad que no se les ocurrió leer la letra pequeña que venía en la fotocopia numero 22…
Miré a Natalia y esta me miró a mí, ambas estábamos un tanto descolocadas con su aclaración. Que era, ¿adivino?
-Señoría en su defensa diré que eran demasiadas hojas para leer y me supongo que poco tiempo para responder, ¿me equivoco preciosas? – Eh eh eh eh. Espera un momento. Natalia y yo nos volvimos a mirar mientras que los compañeros del chico con el pelo rizado, el cual había soltado la bromita, reían sin control. ¿Era esto así siempre?
-Bien señoritas, tendré que creerme la aclaración que el señor Styles me ha proporcionado - ¿Styles? Eso en mi pueblo lo traduzco por ‘Estilos’ y puedo asegurar que no lo digo con tanto acento como George. Mi forma de decirlo se acercaría más a algo como ‘Estails’.
Mis pensamientos hicieron que me empezase a reír en silencio, y pude notar como a mi izquierda Natalia también reía. Siempre habíamos tenido mucha telepatía a la hora de hablar.
-Estilos – Lo dijimos las 2 a la vez en un susurro casi inaudible intentando que nuestro comentario en español pasase desapercibido entre aquel conjunto de risas. Pero para nuestra desgracia, todos se habían callado. Nosotras sin darnos cuenta de lo que ocurría, seguimos riendo por lo bajo – Estilos – Volvimos a decir, entonces fue cuando nos dimos cuenta de que todos en la sala nos miraban con gesto interrogante. Todos menos George, Rober y Niall, el chico rubio.
-¿De qué os reís? – Preguntó el señor Estilos
En ese momento sin quererlo, Natalia y yo volvimos a reír, debe ser que lo habíamos vuelto a pensar, pero esa vez nuestra tímida risa por lo bajo fue acompañada por una grave procedente del chico rubio.
-Se ríen de ti, bro – Dijo el chico rubio sin dejar de reír. Nosotras os controlamos y recuperamos la compostura mientras mirábamos a George, el cual aun tenía una sonrisa en la cara por nuestra reciente broma – Bueno, no de ti exactamente, más bien de tu apellido, luego te lo explican ellas.
Su mirada cayó sobre nosotras. No era una mirada de odio, más bien una mirada deseosa…
-Bien niños después de este maravilloso momento de diversión, os tengo que comunicar señoritas que si hubieseis leído esa página en concreto os habríais dado cuenta de que vuestro contrato se excede a todos los conciertos que One Direction de en España, lo que por si no sabíais, eso también incluyen los de los días 24 y 25 en Madrid a final de semana, por lo que espero que no os ofendáis.
Otra vez nuestra cara debía de sur un cuadro. Natalia y yo cruzamos miradas y recordé que a mi me habían dicho personalmente, bueno, por teléfono, que solo habría un único concierto en España.
-Pero, a mí por teléfono me comunicaron textualmente que trabajaríamos un único día en Barcelona, en el único concierto de un grupo poco conocido.
Otra vez las carcajadas sonaron en aquella habitación. Y como no procedían otra vez de ese grupo de chicos.
-¿Único concierto? – Dijo un chico moreno de ojos castaños creo recordar que se llamaba Zack o Zayl o algo así… ¡Ah! Ya sé, Zayn. Las risas acompañaron ese comentario
-¿Poco conocidos? – Un chico de ojos azules y pelo castaño pronunció esa frase y rió. Ahora las carcajadas provenían no solo de los chicos, sino también de George y de Rober.
-Modest – Dijeron los 7 a la vez. Gracias a Dios se sinceraron con nosotros y nos lo explicaron bien.
-Eso quiere decir que… ¡Alba tía que volvemos a Madrid! – Esa última frase que dijo Natalia la dijo en castellano, pero al parecer a nadie le sorprendió, al contrario, parecieron entendernos.
Ella me transmitió todo su entusiasmo cuando lo dijo que hasta yo me emocioné. Entonces me asaltó una duda.
-Pero… ¿Seguimos contratadas no? – No lo dije con rodeos, fui directa.
-Claro, de donde íbamos a sacar a 2 técnicos de audiovisuales en tan poco tiempo. Además, si en estos 2 días de más, de los cuales parece que no teníais idea, hacéis bien vuestro trabajo, os ampliaremos el contrato.
Tras esas palabras, como si estuviésemos sincronizadas, Natalia y yo nos pusimos en pie a la vez que soltábamos cosas incoherentes por nuestras bocas, que a ojos del resto parecía que no decíamos nada. Pero nosotras nos entendíamos. Nos abrazamos con fuerza. Dimos saltos y gritamos. Eso a nuestro público le hizo gracia y comenzaron a reír. A nosotras nos daba igual, no teníamos sentido del ridículo.
Ahora, eso si, teníamos algo claro, nuestro destino.
¡Destino Madrid!