‘‘En ocasiones, las verdades de la vida nos hacen sufrir. Nos deprimen. La gente miente y no por ello debemos dejarnos caer. Somos mejores que todo ello. Hay que aprender a levantarse, a mirar al frente y decir: ‘yo puedo’. Pero, siempre recordando quien somos y lo que queremos llegar a ser. La vida así me lo enseñó’’. – Alba Gómez Carmona
¿Por qué decidí colgar la llamada? ¿Me asusté? ¿Era necesario? Preguntas sin respuesta que mi mente recopilaba, escribía y almacenada en ese gran mundo, al que me atrevo a llamar ‘mi propio almacén’. Ese lugar está lleno de preguntas, conjeturas; que a la simple edad de 15 años me hacía a mi misma y para las cuales nunca hallé respuesta acertada.
Solté un bufido exasperado y me giré hasta encarar a mi amiga. Ella, nada más verme comprendía cuanto por mi mente pasaba.
Recuerdos imborrables. Recuerdos que me han hecho llegar hasta aquí, no sin ayuda.
-No estaba preparada – Me atreví a decirle – Primero fue una mentira a Lux y luego la ‘lusión’ que tenían ellos dos nada más nos escucharon decirlo. Sabes perfectamente que yo no se llevar este tipo de cosas.
Ella solo asintió con su cabeza, pensativa. Creo que algo también le daba vueltas pero no quise hablar más de todo esto.
-Creo que lo mejor será que nos vayamos a dormir ya – Dijo ella con una amplia sonrisa – ¡Mañana es un día importante!
Hice una mueca con muy cara no muy feliz al escuchar lo que mañana se nos avecinaba.
Nos pusimos en pie y con un ‘Buenas noches pequeñida’ cada una se fue por su lado hasta las habitaciones.
NARRA HARRY
El constante pitido que emitía el teléfono móvil de Lou me hizo darme cuenta de que la llamada se había acabado.
Me sentía un tanto decepcionado. Había escuchado la voz de Natalia al otro lado de la línea diciendo que pronto visitarían a Lux. Solo dije unas palabras y perdimos la oportunidad de volverlas a escuchar.
-Las voy a llamar – Dije sacando ese aparato negro de mi bolsillo.
-No, no las llames – Dijo Lou rápidamente y sentí la mano de mi amigo, Niall, en mi hombro deteniéndome.
-¿Por qué no debería? – Dije girando sobre mis talones encarando a Lou.
Ella tomó aire con exasperación y sujetó con más fuerza a su pequeña hija.
-¿Básicamente? – Asentí con obviedad – Esta bien, Lo primero de todo es que allí es una hora más, es decir son las 12 de la noche pasadas.
-¿Y? – Me apresuré a decir.
-Pues, no sé si recuerdas que ellas tenían mañana temprano un examen muy importante en la universidad a la que asisten – Cierto. Ese examen es importante. Es el final – Además, como mujer te digo que no quieren que las molesten, si han colgado sus motivos tendrán.
Las palabras de Lou me hicieron recapacitar, sobretodo las últimas. Necesito saber esos motivos.
El tintineo de un móvil me volvió a sacar de mis pensamientos a la vez que me asustó un poco. Miré con la atención necesaria hacia la procedencia del infernal sonido.
Lou. Me miró y una sonrisa se plasmó en sus labios.
Con cautela en mis pasos y un gesto implacable en mi mirada me aproximé hasta llegar junto a Lou.
Ella, aun sin mostrarme lo que en su móvil ocultaba, llamó la atención de Niall y este se aproximó veloz hasta el flanco opuesto al mío, el izquierdo.
-E aquí la respuesta que aparentemente Harry buscaba para sus conjeturas más internas – Dijo la joven con el pelo decolorado mientras mostraba ante nuestros ojos la pantalla del aparato.
Rápidamente el teléfono desapareció de mi vista, dado que un chico con el cabello rubio lo cogió de las manos de Lou para verlo mejor.
-Ammmm – Salió de sus labios acompañado de un movimiento de cabeza mientras me tendía el móvil, lanzándolo por los aires hasta que aterrizó en mis manos.
-¡Eh! – Se quejó Lou – ¡Que los móviles están caros!
Reí y negué con mi cabeza mientras dirigía de nuevo mi mirada a la pantalla.
Un mensaje. De Natalia.
‘Siento mucho que la llamada se haya colgado, Lou. A Alba le ha dado un arrebato muy raro de repente. Prefiero que lo dejes pasar en estos momentos, está demasiado saturada con todo: el despido injusto, el examen, hablar con vosotros de nuevo,… Lo lamento, hablamos mañana cuando volvamos de la universidad. ¡Deséanos suerte!
Natalia.’
Escribí la palabra ‘suerte’ y envié el mensaje. Aquí hay algo más que tengo que averiguar…