‘Decisiones. La vida no siempre es fácil. En realidad, es muy perra; y para dejarnos permanecer en ella nos hace elegir caminos. Caminos que marcarán nuestras vidas. Caminos que casi nunca tienen marcha atrás. Caminos que yo elegí y en ocasiones me arrepiento de haber tomado’ — Alba Gómez Carmona.
Aquí estamos de vuelta, casi sin quererlo ni desearlo. Nadie me pidió opinión a la hora de volver; y agradezco con toda mi alma que Natalia tomase la decisión en este caso. Estoy segura de que yo misma no habría podido haber nada.
—Es precioso tía. ¡Dos días enteros en Ciudad de México! – Le digo a Natalia esperando de ese modo que una charla me saque de mis pensamientos.
—Y que lo digas. Gracias a Dios la gira continúa por sitios donde aún podemos hablar español. Buff, yo ya temía el tener que usarte como intérprete – Dice ella risueña.
Después de llegar al aeropuerto en Barajas, Madrid; subimos al avión y Natalia se quedó totalmente dormida. Alguna pastilla para los vuelos se había tomado, seguro.
Nos dijo Lou que llegaría sobre la misma hora con su marido y su hija, y que posiblemente les acompañaría Harry, pro no estaba segura.
No quería, bajo ningún concepto encontrarme a Harry ahora. Me dolía verle. Me dolía estar cerca de él, pero tenía que hacerlo por trabajo. No entiendo los motivos por los que esto me pasaba, admito que Harry es ‘atractivo’ por decirlo de algún modo. Pero el simple hecho de su presencia me pone nerviosa aun sabiendo interiormente que no me gusta. No lo entiendo. Mi mente es muy complicada, mi vida aun más y yo aún no se porque me como la cabeza con todo esto, es estúpido.
Gritos. No, gritos no. Berridos me sacaron de mis pensamientos más estúpidos y enrevesados. Alcé mi mirada y vi a lo lejos la figura de Lou y su pequeña mientras venían hacia nosotras. Nos saludó con la mano provocando que las decenas de miradas que allí, sobre ella estaban, se movieran de golpe hacia nosotras.
Esas chicas nos pedían fotos. ¿Fotos? ¿Con nosotras? ¡Dios mío pero que tontería es esta! Miré a Natalia y ambas empezamos a reír por la situación del momento.
—Tía, esto es una jodida locura en mayúsculas – Dijo ella.
—Y que lo digas. ¿Nos acercamos? Pobrecillas, les importamos y todo.
Abrazamos a Lou, que llego segundos después y con una pequeña sonrisa nos acercamos a ese grupo de chicas, niñas,… ¿adolescentes?
—Hi! – Dijo una joven morena – Alba, Natalia, Can I have a photo with you? – Dijo señalándonos a ambas con la mano temblorosa.
Yo me reí confundida y Natalia tenía cara de tonta, seguramente preguntándose lo mismo que yo.
—Pero, ¿Por qué nos hablas en inglés? – Dije y ella casi se cae de espaldas.
—¡Oh Dios mío! Habláis español. ¿Como habláis español? ¿Desde cuando?
Esa chica estaba cerca del paro cardiaco.
—Suele pasar cuando vives toda tu vida en España, y teniendo en cuenta que somos españolas… pues, eso – Dijo Natalia riendo un poco. A la joven se le contagio la risa, una risa nerviosa. Ni que fuéramos sus ídolos…
—Y… ¿Cómo es eso de trabajar con los chicos? – Dice sonrojada. Es monísima.
—Aggg… son pesadísimos – Dice Natalia riendo – Se pasan el día gastándose bromas. Lo hemos vivido, y eso que solo pasamos con ellos 3 días.
—Estoy totalmente de acuerdo, aunque tienen muchos sentimientos, y bueno nos acogieron bien – Digo tranquila.
—La verdad, lucharon mucho por que volviésemos a trabajar en el tour – Nat complementa.