NARRA ALBA
La cena estaba tranquila, sin mal entendidos, sin acosadores… Solo Marco, Natalia y yo cenando como la semana pasada. La única diferencia es que la semana pasada no éramos odiadas por la mitad de la sociedad femenina y hoy si. Bueno otra diferencia es que la semana pasada no nos acosaban ni conocíamos a nadie famoso y esta semana si… La vida da muchas vueltas.
Suena mi móvil. Casi me da un maldito infarto. Noto que Natalia me atraviesa la mirada, y no es para menos porque yo también estoy asustada en este momento. Miro la pantalla. ‘George’. Ya puede ser importante… Se lo enseño a Natalia que me sigue mirando expectante y cuando lee el nombre se relaja.
Marco me mira raro cuando me levanto y me dirijo hacia la salida. Sinceramente espero tardar un milenio en terminar de hablar porque no tengo ni un euro…
Descuelgo la llamada.
-¿George? – Digo tranquila.
-¡Hey Alba! – ¿Cómo que ‘Hey Alba’? Pero este hombre el bipolar o que.
-Si, ¿qué ocurre? – Tajante. No tengo ganas de sus cambios de humor.
-A ver, te cuento. Sé que vosotras vivís cerca del estadio, por eso os doy a elegir.
-Elegir que... – Que raro esto...
-Os necesito a ti y a Natalia mañana a las siete y media de la mañana en mi despacho. Se han desconfigurado los sistemas de audio y de video. Eso que significa, que lo tenéis que arreglar vosotras. Os pagaré un extra de 200€ a cada una.
-Emmmm... ¿Entonces que tenemos que elegir? ¿El color de los billetes? – Y aquí hago muestra de mi ingenioso sarcasmo.
-Señorita Gómez, no la pago para hacer de bufón, sino para trabajar – ¡Madre mía! Lo que yo digo, este hombre es bipolar – Lo que le doy a elegir es quedarse durmiendo en su casa con su compañera de piso y luego buscarse la vida para llegar a tiempo aquí, o – Pausa dramática. He vuelto a la mesa al ver que mis acompañantes habían desaparecido. Cojo mi vaso de agua y bebo un sorbo – la otra opción es que usted y su amiga se hospeden en el ‘Eurostar Madrid’.
Toso. Toso muy fuerte. Me he atragantado con el agua. ¡En serio este hombre me ha preguntado eso! Dios mío claro que vamos al hotel. Recupero mi compostura al escuchar un ‘¿Y bien?’ al otro lado de la línea.
-Mi amiga y yo elegimos hospedarnos en el hotel si no es molestia – Oigo que se ríe al otro lado de la línea. No me das buena sensación – Hay una condición verdad…
-Muy audaz señorita. La condición es que encuentren a Niall y a Zayn y los traigan con ustedes al hotel.
-¿Y cómo piensa que los vamos a encontrar? Ni somos videntes ni adivinas…
-La última vez que los demás hablaron con ellos iban a ‘Pachá’ pero no se que es eso. Búsquelos y tráigalos. Buenas noches, Alba.
Y colgó. Este hombre tiene un problema serio. Y yo tengo otro… ¿dónde coño se ha metido Natalia? ¿Y Marco? Dios que alguien me dé paciencia. Miraré en el baño.
Entro al aseo de mujeres y todos los cubículos donde están los retretes están abiertos menos uno. Miro por el hueco de debajo de la puerta y veo las Converse de Natalia. Y para mi sorpresa también las deportivas de Marco. ¡Ay madre que divertido es esto!
De repente me dan ganas de interrumpirles y toco con suavidad 2 veces la puerta con los nudillos. Se escapa un gritito ahogado de Natalia y yo me aguanto la risa. Me aparto de la puerta al escuchar que quitan el gancho que la mantiene cerrada y aparece mi amiga mirando al suelo con las mejillas totalmente rojas; detrás de ella sale Marco con una mano en la nuca y mirando sus zapatos rehuyendo así de mi mirada.