‘Después de mucho darle vueltas, he llegado a la conclusión de que todo lo que nos rodea es una ilusión. Cada uno se toma lo que ve de un modo, normalmente distinto al nuestro. Cambiar nuestra forma de ver la vida es imposible si no sabemos lo que queremos de ella. ¿Qué hacemos aquí? Una pregunta a la que aún no he encontrado una respuesta de verdad’. – Alba Gómez Carmona
-¡Mamá! – Dije dándole un fuerte abrazo a esa mujer que me dio la vida casi 20 años atrás.
-Cariño – Dijo ella entre lágrimas – ¡Cuánto te he echado de menos! ¡Tantas cartas nos han llegado! Te advierto que tienes que empezar a controlar a esas chicas
-Y chicos mamá, y chicos – Le corregí a la vez que me alejaba de su abrazo.
-Bueno, bueno – Dijo agitando su mano con desdén – Lo que sea. Pero espero jovencito que las leas una a una. ¡Hay cartas escritas desde Japón! Y la mensajería esta cara hoy en día.
Reí yo también con lagrimas en los ojos y me acerqué a abrazar a mi padre, pero un carraspeo hizo que me separase de él a los pocos segundos.
Vaya, hasta mis padres habían ignorado su presencia. Normal, era un mueble para mi.
-Cariño, ¿no me presentas a tus padres? – ¿Cariño? Cariño mis cojones, así de claro.
¿La cara de mis padres? Ah si, un jodido poema del romanticismo tardío. Un poco más y tenemos que llevarlos al hospital a que les recoloquen la mandíbula porque ya les tocaba el suelo.
-Emmm... Esto... Si... Jeje – Que coherente Niall. Ole que si hijo de mi vida. Tan natural que hasta el ‘jeje’ podría ser incluido en la próxima gran obra maestra del cine – Bueno, allá vamos.
Tomé aire. Lo necesitaba.
-¿Cariño? – Repitió ella. Me giré y le eche una maldición con la mirada.
-Pues, mamá, papá, esto es Samantha – Si, dije ‘esto’ ¿algún problema?
-Su novia – Dijo ella. La mirada de mis padres, la cual oscilaba velozmente entre ambos, era demasiado épica para mi.
-¿¡TU QUÉ?! – dijeron ambos al unisono.
-Su novia – Respondió ella de nuevo, sonriente.
-Si, bonita, que ya te hemos oido –Respondimos, misteriosamente, los tres a la vez. Mi madre me miró buscando una respuesta.
-Samy, guapa, porque no subes al cuarto de invitados arriba a la izquierda a dejar tus cosas – Ella asintió sonriente y yo llevé mi mano cara – Gracias.
Cuando oi sus tacones chocar contra la madera de las escaleras me tiré, raudo y veloz, boca abajo en el sofá.
-Niall James Horan Gallagher – Dijo mi madre alzando la voz. Miedo me da cuando dice mi nombre completo con apellidos y todo – Explicame por que estas con... La tipa esa.
Suspiro. Suspiro fuerte y me siento bien en el sofá dando unos golpes a mi lado para que mi madre se siente junto a mi.
-Vale mamá, te hago un resumen corto y completo pero no me interrumpas.
-De acuerdo.
-Cuando dimos nuestro primer concierto en Barcelona, España, ya sabes. Llegaron un par de chicas, Alba y Natalia. Estudiantes de audiovisuales de Madrid. Hicimos un concierto magnifico y lo mismo en Madrid los días 24 y 25. Ellas sabían como funcionaba todo esto. Misteriosamente por ‘falta de presupuesto’ las echaron sin ningún escrúpulo.
Paré para tomar aire.
-Para el concierto en Portugal nos trajeron a esta – Dije señalando a la planta alta – Y a su hermana Emma, ambas totalmente iguales. Listas para lo que quieren y muy gilipollas para una sala de control. Al principio el concierto daba pena, luego mejoró, pero no gracias a ellas.
Más aire.
-Son muy interesadas y lo único que querían era ser nuestras novias, Emma con Harry y Samantha conmigo. Resulta que según el contrato si salen con nosotros las echan. Por ello, para que las echen las tienen que verlas con nosotros de un modo ‘cariñoso’. De ese modo desaparecerán para siempre de nuestra vista y Alba y Natalia volverán y seremos felices.
Me volví a dejar caer en el sofá y puse una mano en mis ojos, ocultándolos a la realidad.
-Suerte cielo – Dijo mi madre pasando su mano por mi hombro.
-¡Niall! – Se oyó la voz que bajaba por las escaleras desde la planta de arriba.
-¡Qué quieres ahora! – Grité y me aparté la mano de los ojos solo para descubrirla ahí, plantada frente a mi y con un gesto de horror.
-¡Se me ha encrespado el pelo por tu culpa! ¡Me mentiste! – Una risa tímida salió de los labios de mi madre. De mis labios salió una fuerte carcajada que hizo retumbar el guisante que tenía por cerebro.
-¡No es gracioso!
-En realidad si, lo que pasa es que no lo quieres admitir – Dije con sorna.
-Vale – Dijo calmada – Pues como castigo me vas a enseñar Mallungar, o como se llame este sitio.
-Se llama Mullingar. Y no, no voy a salir ahora – Dije viendo como mi madre seguía riendo en silencio.
-Pues te saco a rastras aunque me rompa mi tan apreciada manicura.
-Anda cielo vete con ella – Dijo mi madre guiñándome un ojo. Ahora entendía su gesto.
-Vale, vale. Vámos. – Aquí empieza mi plan...