Capítulo 16~

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NARRA JEFF

¡Dios! ¡Dios! ¡Dios! Ay si el cura de mi ciudad me oyese hablar en vano… Pero es necesario. Acabamos de terminar el jodido concierto. Una simple hora ahí metido y puedo asegurar que no he trabajado tanto en mi jodida vida.

Abro la puerta de esa sala y parezco un cerdo. Sin exagerar; estoy rojo, sudado y con cara de muerto… ¡A tomar por culo el traje nuevo! Las tías esas no han hecho una mierda…

‘Y a mi para que me lo cuentas si ya lo sé’ Jodida voz subconsciente, te podrías morir.

Madre mía necesito un psicólogo, ya hasta hablo con mi mente. Lo que yo digo, esas tías me traen loco, y no en el mejor sentido. Encima, para completar mi noche, tengo que llevarlas a la mierda de despacho de George.

‘Necesitas a Natalia y a Alba, y lo sabes muy bien’ Por una vez esta voz no me recuerda algo malo. Tiene toda la razón.

La puerta. Giro el pomo, no me queda otra. Vaya estampa que me llevo cuando se abre la puerta. Harry y Niall. Ahí. De pie. Pegando berridos. Ahora no me parece tan mala idea la broma que hizo Rober en uno de los descansos sobre lo que hubiesen sido ellos si no hubiesen saltado a la fama. Según Rober, pastores de ¡CABRAS!

Carraspeo y toda la habitación se me gira con distintos gestos. Harry y Niall con un  gesto de ira mezclado con uno de ‘tío échanos una mano’; en cambio el de George es algo así como ‘¿Dónde te habías metido zagal? ¿Ehhh? Ayúdame que me matan’

La verdad me supongo a que venía la discusión y las quejas. Alba y Natalia.

  -Discutiremos este tema más tarde, ahora tengo otro asunto que tratar – Y, como era de esperar, los dos chicos salen de la sala con gesto furioso y paso decidido. Yo que ellos, le partía la cara al gilipollas este.

¿Es cosa mía, o estoy diciendo mentalmente demasiada ‘palabra malsonante’? Debe ser el estrés, esta claro.

  -Tomad asiento por favor – Dice George con gesto amable. Cabrón. Él no se ha pasado una hora con estas dos.

Dos sillas de escritorio sin brazos. Estas no se van a sentar ni de coña. ¡Hombre! Se han pasado dos horas sentadas y relajadas. Me niego a que sigan descansando sus culos. Me lanzo a ambas sillas y me recuesto sobre una apoyando los pies sobre la otra.

Samantha y Emma me miran mal. Pero oye, que de aquí a mi no me mueven.

  -Jeff... – Dice George en tono de advertencia. No le miro a él, las miro a ellas. Veamos cuan listas son.

Alzo mi ceja y es entonces cuando parecen comprender.

  -No, tranquilo George. Estamos bien de pie – Responde Emma, a espabilada. Samantha está a punto de protestar, pero parece ser que la discreta patada de su hermana la hizo entender, aunque de discreta tenía poco, más bien, se consideraría roja y expulsión en un partido de fútbol…

  -Como queráis – Dijo no muy convencido George – En cualquier caso – Dijo poniéndose en pie y andando hacia  las niñas esas - ¡Habéis estado geniales! Unos problemillas al inicio, pero luego, sobre la 2ª hora habéis manejado la situación como auténticas profesionales.

¡¿QUÉ QUE?! ¿Perdón? Para, para un segundito. La segunda hora es merito mío. Es MÍO. No. Me pongo en pie, a mi nadie me torea. Samantha me mira.

  -Bueno, George, gran parte del mérito es de Jeff – Vaya no me esperaba eso por parte de Samantha. Ella no es la espabilada.

George se me gira y me mira con el ceño fruncido. Cuando hace eso, las ganas de darle una buena hostia ascienden considerablemente. ¡Qué no me frunzas el ceño, hombre ya!

Love Your SmileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora