Rival Inmortal. (Duología Inmortal)

Capítulo 32. (Localización)

Xavier.

(Horas antes)  

- Realmente quiero arruinarle el cumpleaños - dijo Cristina.

De cierta manera podría ayudar.

- Bien, van a tener que ocultar su aura y no entrar en casa de ella, Isis los detectaría enseguida. Solo un cambio de físico y listo, están adentro - dije.

- Lo mejor es que alguien se haga pasar por Caleb - dijo Cristina.

- Yo me encargo - dijo Cristina.

- Es un plan sencillo, tienen que ser cuidadosos, esperen a que todos estén dormidos, así la muerte tampoco estará por ahí, Camilo encárgate de ocultar tu aura y mantente lo mas alejado de la mocosa, así no le dará tiempo de reaccionar, mientras Cristina y otro mas la inmovilizan desde atrás. Porque es sencillo necesita ser cuidadoso, un golpe fuerte en un lugar adecuado, una sustancia que la inmovilice y la traes para que le hagas lo que deseas. Llévate a una chica de acá para que la hagas pasar por la mocosa, su labor será esperar en el dormitorio hasta que lleguemos, ya es hora de ir destrozando sus guaridas - dije bebiendo mi copa de vino. 

- ¿Irá a ese lugar? - preguntó Camilo.

Asentí.

- Quiero ir a saludar a Isis - dije con una sonrisa. 

Una dulce venganza, ella y sus amiguitos se habían encargado de destrozar mis guaridas, hay que darle de su propia medicina. 

Caleb.

Maldito fueran todas esas escorias, iba por el chico ese que estaba sonriendo. ¿Donde se llevaron a Isabella?  lo voy a destrozar, batí mis alas e iba a una gran velocidad cuando Damien se atravesó en mi camino, me tomó del brazo rápidamente y desapareció conmigo.

Puta mierda.

Aparecimos en el mundo de los Dioses, para ser exactos en la academia.

Cuando tocamos suelo me abalancé sobre Damien, le di un puñetazo en el rostro, él se enojó y me lanzó lejos, se fue encima mio y me propinó dos golpes, le dí un codazo en su estomago, él se alejó y se levantó estaba furioso, me levanté vi que estaban el resto de los chicos, pero nadie nos separaba y si alguien se atrevía a detenerme de nuevo, no me iba a importar quien fuera que acabaría con el que se interpusiera.

Me acerqué a una velocidad impresionante, pero él me esquivó me dio una patada en mi espalda, no me retorcí, giré rápidamente y le di un golpe en la sien, él se tambaleó un poco pero no cayó al contrario me dio un puñetazo en la barbilla haciendo que mis dientes inferiores chocaran con mi labio superior de tal forma que la sangre salió de mi boca, de repente sentí la presencia de alguien extraño, me giré y el cuerpo del chico que estaba en el condominio había aparecido en el mundo de los dioses, parecía inconsciente. Sonreí, saqué mi espada. Este imbécil no se me iba a escapar, fui por él, pero sentí un fuerte golpe en la parte de atrás de mi cabeza y todo se volvió negro.