Capítulo 38 (Llegaste tu)

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Caleb.

- Parece que no va a venir - le dije a Isabella.


Estábamos esperando a Damien, él me había dicho que vendría por la noche. Isabella acercó su cuerpo mas a mio, la abracé un poco mas fuerte, estábamos sentados en una manta en medio del bosque.


- ¿Tienes frío? - le pregunté.


Ella negó con la cabeza.


- Me gusta estar en tus brazos, se siente seguro - dijo ella.

- ¿Sabes?  he estado pensando en que momento darte el regalo, no sabia si era apropiado, si traería algún mal recuerdo... - dije triste por lo ultimo.



Pensar que no había pasado mucho tiempo desde lo sucedido. Sentí como su mano acariciaba la mía.



- Quiero que me digas cuando te sientes mal, quiero regalarte muchas sonrisas, no quiero que participes en esta guerra... pero se que eso seria caso imposible, eres en ese sentido muy parecida a Isis - dije sonriendo - aun así quiero que te mantengas a mi lado... que te cuides mucho si en algún momento me descuido, que no vayas a cometer ninguna imprudencia... no te vayas a preocupar por mi si me ves en apuros, te juro que estaré bien... - dije, ella se giró para verme el rostro, luego posó una de sus manos en mi mejilla - Solo quiero que estés bien... y no se como hacerlo - dije sincero.

- Estoy tratando de dejar eso en el olvido, fue una experiencia que no le deseo a nadie, pero sucedió. Ahora me toca enfocarme si quiero mantener a todos ustedes a mi lado, quiero estar bien para mantenerme a tu lado, no huiré de ti, permaneceré a tu lado - me dijo, se acercó a mi y me dio un suave beso en mis labios, sus labios eran cálidos, dulces ...


Me separé un poco de ella y la miré.


- Quiero compensarlo... ¿me lo permites? - le pregunté.


Ella sonrió de una manera que siempre calentaba mi corazón. Asintió. El día de su cumpleaños, había preparado todo en la cabaña que me habían dado los padres de Isis. Antes de que todo eso pasara... así que la tomé de la mano, nos pusimos de pie y desaparecimos. 








Isabella.

No podía creer lo que estaba viendo, tenia muchas ganas de llorar... Caleb me trajo a la cabaña en donde había cuidado de mamá cuando ella era pequeña, habían muchas luces blancas que adornaban todo el lugar, y justo en donde me encontraba se hallaba un camino de velas blancas y pétalos de rosas rojas, me llevé una de mis manos a mi boca, de repente una pista empezó a sonar, Caleb caminó y me miró, por todos los Dioses su mirada era la estampa de la sinceridad y el amor en persona, se me derritió el corazón, caminó conmigo y en el centro había un circulo rodeado por velas blancas, estaba decorado con plumas blancas y luces... de repente Caleb empieza a cantar y me acerca a él mientas se balancea conmigo al compás de la música.

Rival Inmortal. (Duología Inmortal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora