Capítulo 43. (El amor de dos Inmortales)

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Caleb.

Está pasando algo extraño ¿por qué meterse con alguien que no tiene nada que ver?. 


- ¿Qué piensas? - dijo apareciendo Isis de la nada.

- ¿No te parece extraño? digo, Vasariah no tenia nada que ver con nosotros, solo era una del grupo de Damien, ¿por qué atacarla? Xavier debió deducir que eso solo enojaría a Damien, no logro entenderlo... - dije.

-Tal vez Xavier no lo sabía, tal vez esto solo fue obra de Cristina - dijo Isis.


La miré, ella miraba a un árbol. 


- ¿Pasa algo? - le pregunté.

- Tal vez... siento que algo extraño sucede con Malenka. No me gustaría volver a ser manejada por ella sin darme cuenta - dijo Isis.

- Ella está jugando, mueve sus fichas. Igual que Xavier - dije pensativo.

- Lo se, pero hay veces hace cosas horribles para lograr el cometido - dijo ella preocupada.


Tomé una piedra pequeña del pasto y empecé a jugar con ella.


- ¿Crees que saldremos de esta? - pregunté.

- Espero... realmente espero así sea, pero no me ciego él está mas fuerte que antes y sus acompañantes igual, nosotros somos muchos guerreros  pero pocos Dioses, él tiene una espada que puede matar a cualquiera... nosotros tenemos a Damien, pero Damien debe estar pendiente de ti y de Isabella, igual ustedes de él, y ambos hombres de Isabella, será complicado pelear deben hacerlo juntos, por otro lado estoy yo, Daniel y el resto estaran preocupados por mi, lo sé... quisiera que no fuera así para que pudieran concentrarse en la guerra pero ustedes no lo harán, hay muchas distracciones y la única de Xavier es acabar con todos. Creo en ustedes pero están distraídos, no permitiré que ninguno de ustedes muera lo tengo claro - dijo ella.


Ella frunció el ceño por cuestión de segundos.


- ¿Crees que algo salga mal? - le pregunté

- Malenka ha tenido sueños en donde Daniel y yo dejamos de existir - se confesó.

- No pasara - dije firme.

- ¿lo ves? hay muchas distracción por este lado - dijo ella y luego fijó su vista en su estomago.

- ¿Qué será? - le pregunté sonriendo.

- Niño, lo puedo sentir - dijo ella con una mirada hermosa.

- ¿Seré su padrino? - pregunté casi como una afirmación.


Ella me miró y me sonrió. Amaba a esta mujer, ya no era amor de tenerla como esposa, era amor de amigos, hermanos, me siento orgullo de ella, como creció y se volvió lo que es ahora. Mi hermosa Diosa Isis.


- Quien si no tú - dijo tomando mi mano - puedes ser ahora el novio de mi hija, pero a mi no se me olvida quien fue él que me cuidó y dio su amor por un largo tiempo. Deseo lo mismo para mi bebé y confío en ti, se que lo harás, mi valiente Caleb - me dijo con ternura.

Rival Inmortal. (Duología Inmortal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora