Capítulo 34. (Tres corazones tristes)

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Caleb.

Aparecí en el mundo de los Dioses, tenia a Isabella en mis manos, Malenka me estaba esperando con cara de preocupación, me vio y me la quitó de los brazos.


- Sígueme - dijo ella.


Estaba como un muerto, aun tenia rabia, aun quería matar a los que la lastimaron, quería llorar... no la protegí de nadie, maldita sea. Seguía a Malenka sin quitarle el ojo a Isabella, de tan solo recordar lo que ese imbécil le estaba haciendo me invadía la ira. Malenka la llevó a una habitación, cuando entramos había una guerrera poniendo una jarra en la mesita de noche, una vez dejo todo arreglado le asintió a Malenka y se fue.  

Malenka la puso en la cama y le iba a quitar la manta pero yo la detuve.


- Caleb, tengo que verla - dijo ella mirándome fijamente.


No quería que nadie mas la tocara, no quería que nadie mas la viera... pero ella necesitaba ayuda, aleje mi mano del brazo de Malenka, ella retiro la manta y quedo Isabella desnuda, llena de morados por todos lados, su pierna partida, dos grandes cortadas una en la parte de su abdomen y otra en sus muslos, su boca y rostro partidos y lleno de sangre seca, se me salieron unas lagrimas...


Malenka arrugó el rostro.


- Fue fuerte, lo hizo bien - dijo en voz baja.


Malenka pasó una mano por sus heridas, no se si estaba tratando de ver  la gravedad  del corte o que.


- Necesito de tu ayuda - dijo - tienes que componer su pierna, ponla en su lugar. Le dolerá pero es necesario para que la sustancia haga efecto, sino todo sanara y su pierna quedara así - me dijo mirándome.


Me acerqué a mi pequeña y tomé su pierna partida, de un tirón la puse en su lugar, Isabella se despertó y gritó fuerte. Lo siento... aun su pierna seguía despegada pero ahora estaba en su sitio, supongo que la sustancia se encargaría del resto. 


Malenka tomó la cabeza de Isabella y empezó a tranquilizarla, sobando su cabello, de repente apareció Damien. 


Él la miró, no apartaba la vista de sus heridas, lo hice girarse, no queria que la viera desnuda.


- ¿Que haces? - me preguntó con enfado.

- Esta desnuda - le dije molesto.

- ¡Esta herida Caleb! - me gritó con enfado.

- No la vas a ver desnuda - le dije firme.


- Es hora de que ambos salgan,  yo me encargaré - dijo Isis apareciendo.


No me movería hasta que Damien no se fuera.


- Damien... Caleb, es una situación delicada. Salgan por favor, ninguno de los dos la verá asi sin su consentimiento - dijo Isis. 

Rival Inmortal. (Duología Inmortal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora