Rival Inmortal. (Duología Inmortal)

Capítulo 21. (Pasiones)

Damien.

Realmente me iba a volver loco, no se en que momento mi vida se volvió tan complicada. Quisiera encontrar a ese maldito de Xavier y acabar de una vez por todas con él. Aunque eso rompiera las reglas, las volvería a romper solo por no volver a saber de Xavier.

- ¡Damien! – su voz resonó por todo el lugar, era mi padre. Se escuchaba molesto.

Desaparecí. Me fui no quería escucharlo, suficiente tenia ya. Fui al edificio que siempre me acogía cuando no quería saber nada. Cerré los ojos, ¿qué debía hacer? quería sacar a Caleb del camino ¿pero cómo lo lograba? ¿cómo hacerlo sin salir perjudicado?. ¿Cómo encuentro a Xavier? ¿cómo hago para mantener mi vida de la muerte y protegerla al mismo tiempo? buscando maneras se pasó el tiempo, ya era tarde... traté de probar algo... tenia ganas de hablar con ella... cerré mis ojos y la sentí tranquila...respiré profundo y crucé la barrera mental que nos separaba a mi de sus sueños. Entré.

Ella estaba sentada en una piedra mirando al cielo, estaba en un prado...

- Hola – dije acercándome.

Ella me miró y sonrió.

- Hola, ¿esto no es un sueño verdad? – preguntó.

Sonreí.

- No lo es – dije acostándome al lado de la gran piedra en donde ella estaba. Miré al cielo.

- ¿Cómo lo haces? – preguntó.

- Siempre buscaré la manera de verte – dije.

- ¿Cómo estas Damien? – preguntó ella, esto era una de las cosas que más me gustaban de ella, se preocupaba por mi...

- No lo sé, tengo un revuelo de sensaciones, quiero ir a matar a todo el que quiera lastimarte... creo que puedo acabar con él y realmente quiero hacerlo. No me importan las consecuencias siempre y cuando no salgas lastimada. Odio a los dioses, realmente lo hago. Pensar que por tener el poder de todo se están llevando un mundo con ellos, hay lineas que no debes pasar y ellos lo están haciendo. Xavier esta interfiriendo en mi labor como la muerte, esta tomando vidas que no estaban destinadas aun a morir. Ya no estas segura en ningún lado Isabella y odio mas eso, el no poder mantenerte tranquila... si pudieras ir conmigo a mi hogar... - dije

- No puedo Damien, ¿sabes? tengo algo que decirte - dijo ella.

Sabia que no era nada bueno lo que iba a salir de su boca. Ella se bajó de la roca y se recostó a mi lado, tomó mi mano y la apretó.

- Me convertiré - dijo ella.

Apreté su mano y cerré los ojos.

- Si lo haces ya no será tan fácil llegar a ti. No podré cruzar a donde tú estés. ¿Por qué lo haces? - pregunté y voz se quebró un poco.