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Tengo frío 
¿Puedes oír?

De donde somos no hay sol, nuestra ciudad natal está en la oscuridad. 


Somos seres realmente complejos. Vivimos separados en pequeñas islas bastante oscuras que solo son acompañadas de la luz de la luna y estrellas. 

Una gran montaña, la más alta en todo el reino, nos evita tener contacto con el sol. Más allá de ella existen los seres más avariciosos, egoístas y llenos de maldad que pueden existir: Los humanos. Al menos eso es lo que se dice de ellos.

Nadie jamás se ha atrevido a cruzar hacia ese lado, pero pareciera casi imposible después de todas las cosas horribles que se dicen a cerca de todos ellos. Pero supongo que el miedo te transforma.

Todos tememos a lo desconocido. Todos me temen... Soy el único de mi especie sin alas.


— ¡Kelly! No puede ser... ¿Qué hiciste? gritó Chris, mi padre.

— N-No lo se, Chris. No lo entiendo... — Me cargaba mi madre entre sus brazos, mirandome confundida.

— ¡Esto no es normal! No es ni un poco normal... — Mi padre caminaba de un lado a otro desesperado.

— Aún no hay una explicación lógica para esto, señor y señora Joseph, pero este es su hijo, tal y como lo ven. Lo lamento mucho — dijo aquella enfermera para luego alzar sus alas y largarse de aquel lugar.

— ¿Qué ocurre contigo? ¿No puedes tener un bebé normal? Yo no cuidaré a ese niño  mi padre negaba con la cabeza repetidas veces.

— ¿Y crees que yo si? Chris... ¿Qué pensarían de nosotros cuando lo vieran? Y cuando el niño crezca... ¿Crees que no lo molestarán por no tener alas? Parece un... humano 

— ¿Y que planeas? ¡¿Matarlo?! gritó. Sólo... hay que dejarlo 


Y así fue como llegué a el orfanato. Allí no había nadie como yo. Todos tenían alas, aunque estuvieran muchas de ellas destruidas, casi sin plumas, sucias y lo más parecido a mi caso, con solo una ala.

Pero ninguno de ellos sin alas. Soy el fenómeno del lugar.

Aquí todos nos han enseñado a adorar a Dios, a respetarnos los unos a los otros y ser aceptados a pesar de nuestras diferencias. 

Suena extraño, ¿No? Después de todas las cosas que dicen de los humanos sin conocerlos y la forma en la que me tratan aquí.

Todos se dedican a empujarme, me obligan a hacer las tareas de los demás o me golpean. Algunos se roban mi comida, no me dejan salir nunca, me insultan de todas las maneras posibles y las mujeres que trabajan aquí nunca me ayudan a pesar de ver todas las cosas que los demás me hacen.

Estuve 6 años atrapado allí. Pero ese no era mi lugar, o al menos no era el tipo de vida que yo deseaba en ese entonces.

Era Navidad y todos estaban comiendo y entregándose regalos entre ellos, claramente ninguno de ellos era para mi. Ni siquiera recordaron mi cumpleaños el primero de ese mes. Ahora solo deseaba escapar de allí, y así fue, no tuve mucha complicación en ello. Supongo que estaban demasiado ocupados para darse cuenta que el fenómeno no estaba. 

Isla de Aves No Voladoras || Tyler JosephDonde viven las historias. Descúbrelo ahora