Isla de Aves No Voladoras || Tyler Joseph

XXXI

Narra Tyler

—Muy bien— dijo Josh estirándose un poco. —Es momento de que comiences a comprender tu nuevo cuerpo—

Nos levantamos temprano para que me enseñara cosas sobre mis alas. Me fue bastante difícil convencerlo, pero finalmente lo logré.

—Estoy listo— dije con una enorme sonrisa.

Ned estaba sentado en el césped, un poco lejos de nosotros, pero muy atento a todo lo que hacíamos.

—Primero, necesito que te concentres— se acercó a mí y me tomó de las mejillas para obligarme a verlo a los ojos. —Al menos sólo las primeras veces, porque luego ya sólo con desear volar, podrás hacerlo—

—Está bien—

—Necesitas pensar en... tus sueños, tus metas, los motivos de tu felicidad—

Cerré los ojos y respiré profundo. Pensé en Jenna, en Ned, en mis nuevas alas y la gran cantidad de posibilidades que se abrían ahora que las tenía. Pensé en lo que dijo el señor Gloomhill. Que era especial...

Josh soltó mis rostro. Abrí un poco mis ojos y noté que estaba levitando. Mis alas se agitaban en el aire y sacudían las hojas de los arboles de lado a lado.

—¿Y ahora?— pregunté.

—Debes seguir concentrándote. Piensa positivo y dirige tu vista hacia donde quieras ir— dijo sonriendo.

Seguí pensando en todas las cosas increíbles que me habían pasado, en especial, ese beso con Jenna que me hizo sonreír de inmediato. De golpe, mis alas comenzaron a agitarse más deprisa y me elevé más.

Me encontraba muy cerca de la copa de los árboles y en un intento por moverme hacia los lados, parecía que estaba nadando.

—Yo puedo...— susurré para mí mismo.

Parecía que lo había dominado. Me moví a la derecha, a la izquierda, subí y bajé. Ned aplaudió desde abajo y Josh solo sonreía.

Tomé velocidad y me elevé lo suficiente para ver toda la isla. Sentí un cosquilleo en el estomago al ver la altura en la que me encontraba, eran como ganas de vomitar.

Una especie de miedo se apoderó de mi en ese momento. Jamás había estado tan alto, con alas... Y sin saber como usarlas correctamente. ¿Y si me caigo? ¿Ahora como bajo?

Empecé a tambalearme, se me estaba haciendo difícil mantenerme en el aire o a esa altura. Josh cambió su expresión repentinamente a una de preocupación.

—¡Tyler, tranquilo!— gritó. —¡Debes relajarte para mantenerte en el aire!—

Necesito tomar el control de mi mente... Pero es difícil.

—¡Eso intento!— le grité de vuelta.

Perdí el control por completo. Subí más alto inconscientemente, me inclinada hacia ambos lados y ya no sabía ni siquiera como intentar bajar.

—¡Tyler!— Josh extendió sus alas preocupado.

—¡No! ¡Yo puedo, Josh!—

Quería lograr hacer esto por mi propia cuenta. Son mis alas, lo que siempre quise. Son mías.

De un momento a otro, me enfadé y mis alas dejaron de agitarse. El corazón se me detuvo por un momento, pero entonces sentí a Josh tomarme en sus brazos antes de que cayera en picada al suelo.

Me aferré con fuerza a su cuerpo y tuvimos un torpe aterrizaje. Nos embarramos la ropa de tierra y Ned corrió hacia nosotros.

—Soy un tonto...— bufé.