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Narra Tyler

—Y... ¿Cuándo volverás a tu casa, Jenna?— preguntó Josh mientras cenábamos.

Jenna dejó de comer por un momento y lo pensó. —No lo sé, la verdad...— negó con la cabeza. —No estoy segura de querer volver—

—Pero... tu familia, tus amigos... tu escuela— 

—Es que... ahora Tyler con sus alas, pues... no podrá ir a dejarme y mi padre estará mucho más pendiente a las cosas que haga cuando regrese—

—Es cierto...— dije. —Te será mucho más complicado escaparte para llegar hasta aquí— eso me apenó. 

No podría pasar tanto tiempo sin ver a mi novia.

"Novia"... 

Suena tan bien.

—Pero tampoco puedes vivir aquí— dijo Josh.

—¿Por qué no?— le pregunté.

—Porque... Aún somos niños. Sólo tenemos 15 años y...— 

—Tengo 14, cumpliré 15 este otro año...— interrumpió Jenna.

—Pues, es aún peor. Eres más pequeña— explicó Josh. —Somos dos chicos y... tú una chica. Tienes estudios, una familia, amigos, una casa mucho mejor que esto, por lo que Tyler me ha dicho—

Jenna jugó con sus dedos algo apenada. —Tal vez tengas razón...—

No quería que Jenna se fuera, pero sería egoísta pedirle que se quede y que abandone todo lo que tiene en la ciudad.

Tomé su mano y la acaricié con mi dedo pulgar. —Cuando tengamos la edad, podrás quedarte...— 

Ella se sonrojó y sonrió. De verdad me imagino un futuro a su lado. Es una locura, pero así es. Es la chica de mis sueños.

—Puedo dejar que te quedes hoy, pero mañana temprano... tendrás que irte— propuso Josh.

—Está bien— asintió, aceptando la oferta.

******

—Espero que hayas tenido un muy lindo cumpleaños, Ty— me dijo mientras la arropaba en su cama.

La miré a los ojos y sonreí. —Fue el mejor cumpleaños de todos...— susurré.

Me acerqué a su nariz y dejé un delicado y suave beso. Se sonrojó, tomó mis mejillas y me atrajo hacia ella para darme un beso en los labios. Nos separamos y reímos.

Me levanté de su cama y me quedé por un momento mirándola desde la puerta.

—Ten dulces sueños...— le dije.

—Soñaré contigo— respondió.

Nos sonreímos, apagué la luz y dejé la habitación.

—¿Todo bien?— preguntó Josh recostado en su cama.

—Si, muy bien— le sonreí.

Tomé la parte inferior de mi camiseta y la levanté para quitármela. Pasó mi cabeza, pero se quedó atascada en mis alas. Comencé a deslizar mi camiseta por todo el largo de mis alas para quitármela.

Cuando la tuve en mis manos, noté como se había roto cuando mis alas salieron. Deben haberlo hecho con mucha fuerza para romper mi camiseta de esta manera.

Caminé hacia mi cama y me recosté boca arriba, pero se sentía extraño, por lo que me quejé un poco, llamando la atención de Josh.

—¿Te molestan?— enarcó una ceja.

Isla de Aves No Voladoras || Tyler JosephDonde viven las historias. Descúbrelo ahora