XXXII

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Narra Tyler

—Bueno...— suspiré mirando a Ned. —No vino y... Creo que no vendrá—

Ned sacudió su cabeza de lado a lado con un semblante triste. Supongo que él también tenía ganas de verla.

Tomé la manta con la que Josh me había cubierto y me levanté del suelo con Ned. Un aire frío recorrió por el lugar provocándome un escalofrío. Ned saltó a mis brazos y nos envolví con la mantita.

—¡Tyler!— oí mi nombre a lo lejos.

Me giré a ver la montaña y desde la cima pude distinguir la silueta de Jenna. Sonreí automáticamente al momento de verla allí arriba.

Me acerqué un poco más a la orilla de la isla y esperé su descenso. Sabía que vendría. Subió al bote ubicado a los pies de la montaña y remó hasta la isla.

—Ty...— bajó y corrió hacia mi para abrazarme.

—Jenna...— correspondí su abrazo y sentí como su piel estaba fría y como temblaba levemente. —Tienes frío—

—N-No... Estoy bien, en serio— dijo aún sin separarse del abrazo, sintiendo como el aliento tibio que salía de su boca, chocaba contra mi cuello y se volvía agua en seguida.

—No, no es cierto— me quité la manta y Ned, que estaba sujetado de mi brazo, subió a mi espalda y se sujeto de mi cuello. —Cúbrete, no quiero que vayas a resfriarte— envolví su delicado cuerpo con la manta.

Sonrió con sus mejillas rosadas. —Gracias, Tyler—

Acomodé su cabello detrás de su oreja y acerqué mi rostro al de ella. Rocé su nariz con la mía y cerré mis ojos con una sonrisa. La necesitaba mucho...

—Ty...— al oír su voz, abrí mis ojos para encontrarme con los suyos, celestes y brillantes.

—¿Si?—

—Tal vez no pueda venir muy seguido...— dijo casi susurrando.

—¿Por qué no? ¿Por tu padre?— pregunté algo apenado, manteniéndome en esa posición.

—Si...— suspiró. —Ya tomé cosas de su oficina y las escondí en mi cuarto para que te descarte como el ladrón, pero aún así estará más al pendiente de mí y me será más complicado salir de casa—

—Entiendo...— bajé la mirada y sentí como Ned me dio palmaditas en mi cabeza.

—Tendré que inventar excusas y... Creeme que es muy triste pensar en que ya no podré llevarte a casa. No solo por él, sino porque ahora tienes tus alas—

—Algo de negativo tenían que tener...— me encogí de hombros. —Josh me estaba enseñando a volar, pero tiene razón, es algo complicado. Pero es que para los demás parece tan sencillo...—

—Bueno...— se separó y tomó mis manos. —Yo creo que solo necesitas seguir practicando—

—¿Y morir con el golpe que me daré al caer? No, gracias— reí. —Al menos me gustaría esperar a que llegue Josh—

—Pero... ¿Cómo es que lo hiciste cuando nos besamos?— enarcó una ceja.

—Josh me dijo que vuelas cuando piensas en tus metas, en las cosas que te inspiran, en tus sueños, cuando eres feliz...— le sonreí y ella se sonrojó. —Fue por ti...—

Tomó mi rostro entre sus manos y puso sus labios contra los míos. Cerré mis ojos y deslicé mis manos por su cintura. Me dejé llevar por el suave contacto de sus labios con los míos, mientras mi corazón latía cada vez más fuerte y rápido.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2019 ⏰

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Isla de Aves No Voladoras || Tyler JosephDonde viven las historias. Descúbrelo ahora