(10) Terribles Inconvenientes.

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Terribles Inconvenientes.

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El fin de semana se fue justo cuando ya había empezado, y de repente ya era lunes otra vez. Me dije a mi misma que nada había cambiado, que no sentía nada por Evan y que si él se quería besar con Rebecca lo podía hacer. Pero eso era lo de menos.

Llegué a la escuela para prepararme a tener clases como si fuese el día más normal de el mundo. Issie no habló más de el tema de ¿verdad o reto? Al igual que nadie de nuestro grupo.

Excepto Rebecca.

Ella ya le había dicho a su grupo de amigas y estas ya se lo habían dicho a media escuela. Lo que significaba que ahora todos creen que Rebecca y Evan están saliendo. Pero no me importaba.

Para el cambio de clase después de recreo, yo fui a mi casillero a sacar los libros de la siguiente clase. Estuve un rato usando mi celular adentro de el casillero con la esperanza de que nadie me viera.

- ¿Qué haces? - me sobresalté al oír la voz de Evan en mi oído, que tiré mi libro y cuaderno al suelo.

Dejé mi celular en el casillero mientras me agachaba a recoger los libros. Evan se agachó igual para ayudarme pero yo los levanté de lo más rápido para evitar su ayuda. Agarré mi celular y lo hundí en mi bolsillo mientras cerraba mi casillero.

- Usando el celular a escondidas, eso no es de niñas buenas Laffy. - me dijo.

Lo ignoré e hice mi dirección otra vez a mi silla. Él me detuvo dándome un suave empujón desde la cadera hasta quedar pegada a el casillero.

-Déjame ir, Evan. - dije tratando de no llamar mucho la atención.

Él me callo haciendo un Shh y acortando nuestra distancia. Sentí como algunas de las miradas de nuestros compañeros se dirigían a nosotros. De la perspectiva de ellos, ha de parecer que nos estamos besando.

- ¿Y ahora de que te enojaste? - preguntó.

- No estoy enojada.

Traté de liberarme de él pero fue simplemente imposible, me tenía atrapada, y no miraba el momento en el que la maestra llegaba y nos miraba de esta manera.

-No, estas celosa. - afirmó.

Sentí como la cara se me ponía caliente, lo que significaba que el rubor se hizo notar y la verdad a la luz.

-Por que bese a Rebecca. ¿No es así?

-No estoy celosa. - dije pero no soné convencida ni para mi misma.

-Puedo hacer que esos celos desaparezcan. - se acerco más a mi, al punto que sentí su respiración en mi boca.

- Evan, aléjate. - dije con seguridad.

Se acercó más, pero no tocó mis labios. Su respiración era fuerte y olía a menta. Era posible que si él me besaba ahorita quedaría con mi mano dibujada en su cara, porque le daría una cachetada. No dejaría que alguien me besara después de haber besado a una cualquiera. Tengo dignidad.

- Evan... - volví a decir.

- Jóvenes. - se escuchó la voz de la maestra al fondo de la clase.

Y ese era mi fin. Me enviaran a dirección, me pondrían una sanción, llamarían a mi mamá y luego... Luego serian los preparativos para mi funeral. Porque no iría a salir viva de los castigos de mamá y papá.

La Chica Detrás del Blog. - [Libro I] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora