Vestidos De Noche. Parte 1.

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(44) Vestidos de noche. Parte 1.

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-¿Perdón? 

El sushi que estaba sosteniendo con mi mano goteaba salsa perri en mis piernas. Me había quedado un poco impresionada ante la pequeña pregunta que me había hecho Evan hace un par de segundos atrás y lo único que pudo salir de mis labios fue eso; un patético perdón. 

-Oh, ni me imagino lo lindos que se van a ver vestidos de gala. -chilló Rosalina detrás mío y yo sonreí nerviosamente en respuesta aunque ella no pudiera verme. 

Evan me miraba de una manera tierna y dulce, como si le agradara la idea de verme nerviosa ante toda esta situación. ¿Un vestido? ¿De gala? 

-Sharon, mi hermana, se va a casar el otro fin de semana y ella le pidió a Evan que te llevara como dama de honor... -me explicó Rosa pero yo ni siquiera logré voltearme a verla. Mi vista estaba fija en Evan ya que la verdad quería que él me explicara no su madre.

Me volteé para ver apreciar la alegría en las retinas de Rosalina. Era como que le emocionaba todo esto de que Evan y yo entremos antes de la novia a la iglesia. Quise inventar una escusa; la verdad era que tenía miedo que estando en la iglesia me llegué a caer, o me agarré pánico al sentir varias miradas de los familiares de Evan en mi. Pero simplemente no me pude negar. 

-Eso realmente es emocionante. -le dije con sinceridad a Rosa. 

Ella sonrió segundos después de que le entrara una llamada y se disculpara para contestar e irse a la cocina. Escuché el chillido que le dio al celular y aposté que estaba hablando sobre lo emocionante que era que su hermana se iba a casar, con Florencia. 

Suspiré algo fuerte haciendo que mis cachetes se inflen un poco y le fijé toda mi atención a Evan. 

-Creo que tengo que ir de compras. -informé y él sonrió. -Creo que tenemos que ir de compras. -aclaré. 

Se le borró todo rastro de sonrisa haciendo así que una amplía apareciera en mi rostro. Me levanté de el sillón y empecé a limpiar los utensilios, cajas y algún rastro de sushi que había a nuestro alrededor. Evan se enderezó en su lugar y frunció el ceño al ver todo lo que estaba haciendo. 

-¿Ahorita? -preguntó confuso. -Es decir...tenemos toda la otra semana. 

Lo mire incrédula y me incliné a escasos centímetros de su cara.

-La otra semana son exámenes y yo no voy a tener ni un tan solo segundo libre. -dije y sonreí con dulzura aunque con una ceja arqueada sabiendo que él no se podría negar a eso.

-Esta bien. 

Limpiamos todo y luego salimos hasta llegar a su moto. Apenas y eran las cuatro de la tarde lo cual significaba que aun había algo de sol calentando la ciudad, pero eso no evitaba que aun hiciera algo de frío. Llegamos al centro comercial y me fui directamente a la tienda donde Issie siempre me llevaba a comprar ropa cada que tuviera un evento en especifico. 

Yo no acostumbraba a ir a comprar ropa seguidamente pero no por eso significaba que no tuviera un buen gusto al escoger. No fue hasta que intenté tocar la tela de una camisa con mi mano derecha que me di cuenta que Evan había entrelazado nuestros dedos. Sonreí al instante pero él ni siquiera lo notó, estaba perdido viendo con el ceño fruncido alrededor. 

-No entiendo como les puede gustar "ir de compras". -reprochó y rodó los ojos. 

Apreté sus dedos para que se relajase y lo llevé hasta la sección de vestidos de noche. Había de que elegir; verdes, negro, brillantes, escarchados, con encaje. Me había quedado boquiabierta viendo todo aquello. 

La Chica Detrás del Blog. - [Libro I] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora