(28) Luces Parpadeantes.

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 Luces Parpadeantes.

*


Su semblante era de sorpresa combinado con impacto y un poco de satisfacción. Estaba sonriendo con los ojos, pues su boca había quedado congelada en una redonda "o". No tienen ni idea de lo bien que eso me hizo sentir. 

- Estás... - empezó diciendo pero se calló al instante. Parecía no encontrar las palabras adecuadas.

No es como que el vestido me quedara mal, cierto, pero me encantó su reacción. 

- Wow... - repitió. - Estás, solo... Wow.

Sonreí con gratitud mientras sentía que mis mejillas se ponían calientes, y agradecí por qué no hubiera tanta luz como para que Evan lo notara.

- Tú no estás nada mal, tampoco.  -le dije a lo que él sonrió igual.

Y en verdad que no estaba para nada mal. Andaba una camisa de botones blanca, de mangas largas, y un jean oscuro con unos tenis blancos. Su pelo estaba como siempre, alborotadamente arreglado. Lo envidié en seguida ya que él no tenía que arreglarse tanto para verse decente... y muuuy bien. 

Llevé el vaso a mis labios sin saber que más decir mientras les tiraba un vistazo a los chicos a pocos pasos nuestros que bailaban al ritmo de la música.

Miré de reojo que Evan me seguía viendo con una sonrisa y sin querer levanté  la mirada hacia él. Él no dejo de sonreír.

- Lo siento si te pones incomoda por qué te mire, pero es inevitable. - me dijo y sus se achinaron de tanto que sonreía.

Lo único que pudo salir de mi fue una ligera risa mientras volvía a llevar el vaso a mis labios, aunque ya no tuviera nada de líquido.

- ¡Chicos! ¡Hola! - Issie se acercó a mí y posó una mano por detrás de mi hombro, y como se colocó por en medio de nosotros, nos separo por completo. Alex llego y saludó a Evan con una palmada en la espada. - ¿Qué no van a bailar?

- Hola Issie. - dijo Evan en cambio.

Ella renegó un poco y jaló a Alex del brazo por detrás de la espalda de Evan. Alex se tambaleó un poco hasta que se paró al lado de ella sin dejar de mirarla con esa chispa en sus ojos.

- ¿Te quedas aquí? Voy a bailar con Eff. - le dijo al oído lo suficientemente fuerte para que yo la escuchara.

- Mmm eso no es cierto. - respondí.

Ella pareció no querer escucharme ya que me empezó a jalar del brazo hasta que mi delgado cuerpo estaba chocando con los demás de la fiesta. Ahí la música se oía el triple de fuerte que en toda la casa y el olor a licor, cerveza o lo que sea que fuera entraba por mi nariz de una manera terrible.

- ¡Issie, no quiero bailar! - le grité y ella solo frunció el ceño en respuesta, como si en verdad no me pudiera escuchar. - ¡No! ¡Quiero! ¡Bailar!

La anterior canción terminó pero se fue juntando con la siguiente, haciendo que la música nunca parara de sonar.

Issie empezó a moverse al ritmo de la música y poco a poco se fue adaptando a la canción. Yo no era mala bailando, para nada, solo no me emocionaba la idea de bailar con un grupo de gente sudada a mi alrededor; pero al ver que Issie no me dejaría irme a la cocina nuevamente, me empecé a mover con ella.

Estuvimos bailando por un rato, y no éramos la única pareja de amigas que lo hacía, al parecer a los chicos les daba miedo bailar enfrente de todos aquellos. Pero si habían parejas de chico y chica ahí igualmente, si se preguntan.

La Chica Detrás del Blog. - [Libro I] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora