Efian Es Real.

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(41) Efian es Real.

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-No, no, no. Issie tú no lo entiendes. -chillé mientras llevaba mis manos a mi cabeza para demostrar mi exasperación. 

Estábamos en su cuarto, las dos sentadas en la cama y eran aproximadamente las diez u once de la noche. En el momento en el que puse un píe en la casa de Issie me arrepentí por completo de haber ido a aquel partido. 

Lo que exactamente paso después de que Evan me callara con un beso fue que todos los chicos nos empezaron a decir cosas a los dos. Yo como pude, y de una manera disimulada, empujé a Evan desde el pecho hasta que se alejara de mi. Mis manos apretaron su camisa y me puse tan roja que me ardió la cara. Dirigí mi mirada hacia donde todos estaban para darme cuenta que no eran pocos los chicos que teníamos de espectadores, eran casi todos los que estaban viendo el partido incluyendo a los del otro equipo. 

Quise desaparecer. Quise esfumarme. Quería que la tierra me tragara y me matara en el intento. No pude evitar que hacer lo más fácil para huir de ahí y eso hice; huí. Salí corriendo como la cobarde que soy hasta que por un momento dejé de sentir mis debiluchas piernas. Escuché que alguien me llamó atrás pero ni me dedique a ver de quien se trataba. Sabía que me estaban persiguiendo así que tome el camino largo y menos usado que me llevaba justo a mi casa. 

Pero al momento en que me encontré enfrente de la misma mi cabeza explotó de tantas variables que habían sabiendo que Evan vendría a buscarme. No podía quedarme ahí pero no sabía a donde más ir. Era de noche, era tan tarde que no había ni un alma afuera, y todo estaba casi oscuro si no fuera por los focos de los postes. 

Y justo cuando decidí ir a esconderme en algún lugar lejos de mi casa sentí como unas manos me agarraban por detrás de los brazos. 

Di un grito ahogado y empecé a moverme escandalosamente para que me soltara. 

-Tranquila, Eff, ¡soy! -me detuve al escuchar la voz de Issie.

Giré sobre mis talones y en cuanto comprobé que en verdad si se trataba de Issie, rodee su cuello con mis brazos buscando una salida a todo este drama. 

-A veces me pregunto si cada día que pasa me vuelvo más estúpida. -dije en un murmuro. 

Fue entonces cuando todo el arrepentimiento inundo mi ser, al mismo tiempo que fue remplazado por la vergüenza y luego se convirtió en uno solo. Arrepengüenza. Dios Effie, eres tan ridícula. 

Un viento se dio a notar en las desiertas calles del vecindario haciendo así que un escalofrío recorra mi cuerpo entero. 

-No, yo creo que es por hora. -bromeó ella a lo que sonreí. 

-Por minuto. -dije entonces. 

-Por segundo. -respondió y las dos reímos juntas. 

Pero luego mi sonrisa desapareció lentamente y un hormigueo se aproximó a habitar mi estómago. Fue en el momento en el que escuché una voz familiar. 

-¡Effie! -gritó y su voz hizo eco por todos lados. 


Evan:

Mi mirada se posó en un chico de pelo negro cuyo brazo rodeaba el cuello de Effie. No pude evitar como los celos se daban a notar por todos lados en mi cuerpo y como los mismos se transmitían a través de una simple mirada.

La Chica Detrás del Blog. - [Libro I] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora