(16) A Las 3 De La Mañana.

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A las 3 de la mañana.

***

El jueves después de clases Alex, Issie, Evan y yo, nos fuimos a una pizzeria a comer ya que era el último día que nos reuniríamos como grupo. Mañana era la exposición y yo aun lidiaba conmigo misma sobre como le iba a hacer para no ponerme nerviosa enfrente de todos esos chicos. Estuve practicando con Issie en la hora libre que tuvimos hoy en la escuela pero nada cambió aún. Esa es casi toda la nota de español y yo no sé si lo voy a hacer bien.

Pedimos una pizza con piña (mi favorita) y empezamos a platicar de la dicha exposición. Todos parecían muy relajados, como si esto fuese lo más normal del mundo, mientras que a mi ya no me quedaban más uñas para morder.

- Pará con eso. - me dijo Issie y me bajo la mano a mi regazo. - Me pone frustrada.

Mire a mis uñas, o bueno, lo que quedaban de ellas, y luego le fije la mirada a Issie. Se había cortado el pelo hasta los hombros y se había puesto unas luces rubias. Se miraba muy linda así. Dijo que había hecho todo eso porque quería causarle una buena impresión a su nueva madrastra.

- Lo siento, es que... - dije pero me callé cuando el mesero llego a dejar un pan con ajo que habíamos pedido.

Me llevé el pedazo de pizza que había en mi plato a la boca evitando seguir hablando sobre eso. Issie tomó la indirecta e hizo lo mismo que yo.
En todo el almuerzo no quise dirigirle la palabra a nadie. Estaba muy metida en mis pensamientos que apenas y escuchaba de lo que ellos estaban hablando. Solo estaba contando las horas para que fuera viernes a la primera hora.

Cuando todos se fueron a sus casas me fui obligada a caminar al lado de Evan hasta su casa. Solo faltaba un día para que regresará a mi casa y eso era lo único que quería. Quería estar en mi cama, leyendo un libro, comiendo de mi comida. Ya no quería seguir estando en una casa donde apenas y le hablaba a la gente de la misma. Era de lo más incomodo.

En el camino Evan no me dirigió la palabra tampoco y de alguna manera eso me molestaba. Cuando le vi por la esquina de mi ojo vi que estaba más concentrado en los pasos que daba, así que decidí no hablarle tampoco.

Al llegar a la casa me fui a mi cuarto asignado a estar un rato a solas y poder practicar antes de la presentación. Decía las partes que me tocaba aprender y me imaginaba al público, pero sé que lo decía sin tartamudear porque estaba sola. Si fuese un día normal, si mis padres no se hubiesen ido de viaje, yo le estaría diciendo todo lo que me toca decir a mi madre, estaría practicando con ella.

Me recosté en la cama viendo hacia el techo y sin darme cuenta me quedé completamente dormida.

Al volver abrir los ojos todo estaba oscuro. Había alguien más conmigo en la cama y sabia que era Paris. Así que si Paris estaba dormida significaba que eran más de las 9 de la noche.

Busque a ciegas mi celular y cuando lo encontré me di cuenta que eran las 2:50 de la madrugada y lo peor era que ya no tenía ni una pizca de sueño.

Perfecto.

Me levante sigilosamente para no despertar a Paris y me puse mis pantuflas para salir. Baje las gradas sin hacer tanto ruido y me fui directo a la cocina. Todo estaba oscuro que no sé ni como llegue a encender la luz de la cocina y sacar un vaso de vidrio de unas gavetas. Vertí leche de almendras en el mismo y deje que el líquido se deslizara desde mi garganta hasta mi estomago, la leche siempre me ayudaba a dormir y eso era lo que necesitaba hacer.

La Chica Detrás del Blog. - [Libro I] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora