Vestidos De Noche. Parte 2

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Vestidos de Noche. Parte 2.

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La mano de Evan se colocó en mi rodilla, levantando una pequeña parte del vestido pero no yendo más lejos. Escuché la melodía del piano que la chica en una esquina tocaba para dar la entrada de Sharon. Sabía que en cualquier momento las luces volverían a la normalidad, sabía que aunque no estábamos a la luz, estábamos expuestos a que alguien de los muchos invitados nos notase, entre ellos la familia de Evan. No me gustaría dejarles una mala impresión de mi. 

Evan se separó de mi justo en el momento en el que yo necesitaba recuperar aire. Apreté mis dedos a una tela y no fue hasta entonces que me di cuenta que era la camisa de Evan la cual estaba apretando. Quité presión y sacudí un poco ahí mismo para deshacer las arrugas que mis dedos habían provocado. 

-¿Estás loco? Nos pudieron haber visto. -dije en un susurro al momento de arreglar la pequeña fisura de vestido que Evan había levantado. 

Lo vi fruncir el ceño, sonreír y por una milésima de segundo jadear. 

-Está oscuro. -susurró de vuelta al momento que las luces volvían a la normalidad. Se aclaró la garganta. -Estaba oscuro. 

Elevé la comisura de mi labio y rodé los ojos. Se escucharon aplausos departe de los invitados cuando Sharon llego al lado de su prometido con una sonrisa de oreja a oreja. 

Se miraban tan lindos juntos; la alegría entre los dos irradiaba de una manera increíble. El hombre de algunos 26 o 27 años tenía un poco de barba negra por su barbilla. Sus ojos eran como azulejos oscuros, y podría decir que por su sonrisa uso brackets

La ceremonia dio comienzo. La pareja se dijo sus votos entre si y después de al menos una hora, el padre ya los había declarado marido y mujer. 

-Puede besar a la novia. -informó éste y dio un paso hacia atrás para darles espacio. 

Él tomó a Sharon de las mejillas y la atrajo hasta que sus labios se unieron como si fueran piezas de rompecabezas perdidas. El amor entre los dos irradiaba por todo el salón. Todos a nuestro alrededor aplaudieron, gritaron, silbaron y pues, la alegría era contagiosa. 

Al cabo de unos minutos todos los invitados fueron levantándose de su lugar para ir al gran salón donde se haría la verdadera celebración de la boda. Yo esperé a que todos se fueran para levantarme ya que sinceramente me sentía fuera de lugar estando en esa boda; era incomodo solo conocer a solo tres personas de ahí mismo. 

Me levanté de mi silla y me sacudí el vestido para alisar las pequeñas arrugas que se formaron por estar sentada. Me di cuenta que no eramos los únicos en el salón, también estaban unas mujeres y hombres tomándose fotos en el altar para el recuerdo. 

-Ya vamos. -le dije a Evan y le hice una seña con la mano para que se levantara. 

Él me siguió y bajamos las pequeñas gradas de donde estaban colocados nuestros asientos hasta empezar a caminar en el pasillo. Antes de llegar a la entrada mi tacón se paro en laparte trasera de mi vestido haciendo que me resbalara. 

Vi el piso en mi cara. 

Pero Evan me atrajo desde la cadera hasta tenerme levitada boca arriba. Una sonrisa de burla se dibujó en su rostro; la cual pude apreciar a la perfección ya que habíamos quedado a pocos centímetros de distancia. Su mano tomó la mía. 

-No te imaginas... -se aclaró la garganta. -Todo esto en nosotros. 

Me reí en alto. Muuuuy alto. Creo que capté la atención de los demás. 

La Chica Detrás del Blog. - [Libro I] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora