Entre mi insomnio y la oscuridad me entra el capricho sereno de querer buscarte y te busco pero no te encuentro,
me pregunto sí desde la distancia rehuyes a mi llamado silencioso,
me pregunto sí duermes y me buscas en tus sueños,
cierro los ojos y me embriago en regresiones mentales,
me voy allá a las noches de besos al filo del viento,
a los días de abrazos tímidos,
a los días de no querer zafar mi cintura y mi espalda de las palmas de tus manos,
me voy a donde dejamos nuestro último beso,
tratando de recoger trocitos y de metérmelos en la boca,
de revivir la sensación,
de avivar el sabor,
de traer hasta a mi tu manera reservada de quererme.