Hola amor,
sé que ha pasado mucho tiempo,
sé que quizás ya no tenga sentido escribir esta carta,
pero por lo menos está sí la voy a enviar aunque no la leas,
por sí no alcance a hacer que lo entendieras,
quiero decirte que marcaste algo en mi que no se ha diluido,
y también que me enamoré de ti, como de ninguna persona,
antes o después,
sí, todo lo demás fue y ha sido minúsculo,
pero tú/tú siempre has sido en MAYÚSCULAS.
Hola amor,
Esta parte es una carta/dentro de otra carta,
lo primero fue una confesión,
una operación a corazón abierto, esta no/esta es un lamento.
Lamento no haberte presumido,
lamento no haberte tomado más fotografías,
lamento no haberte agarrado de la mano en la calle y también no haberte besado en la terraza de tu casa y en la de la mía,
en las aceras y en todos lados,
sin importar la opinión de la gente.
Lamento no haberte llevado lejos por lo menos algunas veces,
lamento no haber caminado a la orilla del mar contigo,
lamento no haberte hecho el amor como tu lo merecías/y lo mereces todavía,
lamento no haber sido tuya por completo,
pero sí algún día vuelvo a verte/también volveré a besarte,
como sí fuera la primera vez,
pero no dudes de que todas nuestras veces fueron perfectas,
con nuestros dramas y nuestros líos pero lo fueron,
lamento no haberte dicho que nunca hubiera hecho nada para dañarte,
pero que lo hubiera hecho todo para hacerte feliz,
más que eso,
lamento no habértelo demostrado.
Tengo todos nuestros recuerdos metidos en una cúpula de cristal indestructible,
en dónde no los puede deshacer ni el olvido,
ahí puse por ejemplo/aquella navidad en la que descubrimos de frente a nuestro amor,
guarde la cotidianidad de ayudarte a preparar la cena,
de ayudarte a comer,
a limpiar,
la devoción con la que nos besábamos a escondidas y la osadía con la que nos besábamos a plena luz también,
guarde mis chiflidos desde la esquina del callejón/esos que te hacían correr a mis brazos con urgencia,
abandonando todo lo que rodearás o te rodeara,
guarde las palabras de amor,
las claves,
los halagos/esos que entre chiste y chiste,
entre espacio y espacio,
entre saludo y saludo cotidiano;
siempre nos dimos chance de susurrarnos.
