29 de mayo

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Y a decir verdad,
soy una hija de puta,
no de esas que la vida va forjando,
sí no más bien de las otras,
de esas que ya nacemos así,
hijas de puta,
podridas,
rotas,
inconexas desde los tuétanos a los tobillos,
así crecí y poco a poco eche mis raíces malas en la tierra y sobre todo en los corazones de otros,
conocí a muchas personas,
me tropecé con varias más,
algunas pocas se atrevieron a quererme y a cambio yo metí mi mano odiosa en los epicentros de cada una de estas,
sacudiendo y revolcando,
las ancle a mi,
a unas las volví dependientes y a otras un poco locas,
y sí, es cierto, a otras cuántas las destruí,
después vino ella y no,
no voy a convertir esto en un patético poema de amor idílico,
no me volví buena sí es lo que esperaban leer,
yo seguí hija de puta,
pero con ganas de ser menos mala,
ella se acerco a mi con inocencia,
como quién se acerca al pie de una fogata sin recordar que el fuego quema,
ella se acerco a mi sin planes de alterarme, de remodelar, de pintar paredes,
se acerco a mi creyendo firmemente que todos tenemos un punto de reversa,
que todos nos podemos salvar de nosotros mismos,
se acerco a mi creyéndome aún cuando yo ya no me creía nada,
mentiría al decir que fue la primera que se acerco con ese optimismo,
con esa ilusión, con esas ganas de encontrar mi bondad, mi nobleza, mis luces,
pero digo la verdad al decir que fue la única que resistió hasta torcer mi brazo y mi niebla,
hasta moverse entre el humo de mis cigarros,
le hice cada cosa estipulada en mi manual oficial para romper personas o para no amar ni ser amada,
y aún después de herirla y de orillarla a pensar que yo había sido un accidente en su vida ... Ella se fue, pero sin cerrar la puerta tras de sí y volvió, significa que me amo aún cuando yo dolía en su pecho,
me amo y me enseño que no importa cuán hijo de puta sea uno o cuán monstruo,
siempre habrá una persona dispuesta a amarnos más allá de las probabilidades y pronósticos,
más allá de nosotros mismos, siempre habrá una persona que nos enseñe que no sólo la locura pide cordura a veces sí no que la cordura también necesita algo de locura para estar llena de motivos para apalancar la vida,
para tener sentido.

El diario de varios/desvaríos poéticos Where stories live. Discover now