Sé que con el tiempo te has ido arrancando muchas de tus antiguas historias de amor,
sé que se volvieron como plagas y que te contaminaban el alma y te hacían pesado y que de alguna forma me has dejado germinar y propagar en tus tierras,
llenando más y más espacios,
sé que sí me arrancas te traerías un pedazo de ti mismo,
de tu propia carne,
de tu propia alma,
de tu cabeza,
y hoy también sé que no se trata de mi y eso me hace feliz,
sé que sí no lo haces se trata sobre todo, de ti mismo,
sé que hago parte de tu material para poemas:
estúpidos,
abstractos
y de los otroste conozco,
también sé que trataste parcialmente de borrarme y no te culpo y que en el proceso te anulaste un poco a ti mismo,
al punto de no poder escribir,
las letras se te descolgaban de la tinta en cualquier intento de poemaen el poema que me enviaste hoy por la mañana,
sí estabas tu,
y de nuevo yo,
me repatriaste desde el pedazo de cosa roja que ate a tu muñeca
hasta tu puño,
desde tu puño al corazón y a su vez te recuperaste de tu arbitrariedad de querer olvidarme luchando contra tu propia fuerza,
eres tan osado como noble y quizás por eso te quiero,
recién escribí que
"creo que hay un cobarde empedernido dentro de cada valiente y un valiente empedernido dentro de cada cobarde"
a veces tampoco sé de que lado estas tu pero no es tan relevante porque un lado te deja a mi izquierda y el otro a mi derecha.