20 de mayo

4 1 0
                                    

Tengo un poema sobre ventanas suspendido entre mi mente y mis dedos, que por supuesto no escribiré ahora porque me parece más relevante escribir uno sobre ti

Amo verte cuando sonríes
(Entiendo que a lo mejor suena cliché pero ¿quién no ama ver a alguien que quiere sonreír? Yo no soy la excepción)

Amo cuando piensas cosas y me miras como sí yo pudiera pensarlas también contigo (porque me recuerda que a pesar de todo/nos comprendemos)

Amo cuando bailas (porque parece que fueras parte de la música y viceversa)

Amo cuando te quedas quieta y hablas moviendo solamente la cabeza (te hace ver majadera y graciosa todojunto)

Amo cuando te hablo de algo y tu no me dices nada pero me miras reconociendo mis necesidades.

Amo el sonido de tu risa (que cuando es la de verdad y te sale del pecho en lugar de la garganta, se escucha a la distancia)

Amo la cara que pones cuando estas amargada o cuando haces ese gesto que simplemente indica que estas a punto de perder la paciencia.

Te amo todo el tiempo
(no sólo en el tiempo universal de todos los relojes del mundo, sí no en tus tiempos y en los míos también) en todas las horas, con todas tus caras y tus manías y tus silencios y tus acciones cuando aparecen como de golpe, casi de la nada.

Cuando estoy a tu lado, lo único que hago es mirarte y revisarte con vehemencia/porque sencillamente no quisiera que se me escapara nada, cuando voy a buscarte a mis recuerdos me gusta encontrarte justo como eres (te guardo en mi memoria como sí fueras una representación a escala/con lujo de detalle)

El diario de varios/desvaríos poéticos Where stories live. Discover now