8 de febrero

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Tu y yo no nos podemos querer como sí tuviéramos todas las posibilidades del mundo porque no,
no las tenemos,
nosotros somos para el otro mera utopía.

Encontraste a alguien que te ame lo suficiente para que tus manos no tengan espacios entre los dedos para los míos,
y la vida a la orilla del mar es un poquito menos bonita sí vas al lado de alguien que no puedes agarrar de la mano y yo también encontraré a alguien que me ame,
te lo prometo.

Nos quedará seguir con el recuerdo de todo eso que fuimos y que al mismo tiempo no fuimos,
con esos recuerdos que seguirán desordenandonos,
por eso de que a veces pienso que "nosotros nunca nos diremos adiós" como dice aquella canción que te dedique un día por la tarde.

Pero pasará más tiempo y quizás llegara el día en que vernos al otro lado de la acera será un bobo artificio del olvido,
el día en que vernos será como un breve hábito que nos hará pensar que por fin encontramos la paz en eso de no tener derecho a tenernos.

La verdad a veces no lo sé,
no sé sí tenga razón sobre "nosotros" aunque a estas alturas ya debería escribir netamente "tu" y "yo" todo separado,
a veces se me da por pensar que quizás nuestro lío es que al final aunque parezca que sí,
tu no eres un tipo de gatos y aunque parezca que no,
yo tengo más de gato que de chica.

No me he alejado de ti porque de repente se me haya dado por no quererte,
me he alejado porque he llegado a pensar que la distancia es una manera menos cruel de dañarnos,
es mejor no estar en los mismos metros cuadrados sí no puedo tenerte por lo menos a la distancia de mi brazo extendido para poder tocarte.

Hazme un favor,
haztelo a ti,
olvídate de mi,
intenta,
pero esfuérzate,
día por día,
olvida la forma en que cae mi cabello, el color de mis ojos,
la forma en que luzco cuando hablo, mis metáforas,
mi torpeza inexplicable,
mi manera peculiar de decir las cosas y no sé todo lo que sea necesario,
todo lo que sea que quizás te gustaba o que en su momento querías de mi.

Reduceme a una sombra a algo que se pueda quedar contigo sin hacer mayores estruendos.

¡Ay amor! No quiero pensar en que te vas a descubrir un Domingo cualquiera por la tarde,
atacado por el tedio,
pensando en mi sin querer.

Por eso no nos veremos,
ya nos nos veremos porque en el fondo eso es jodernos,
justo lo que debemos evitar.

No nos veremos porque no quiero recibir tus últimos besos,
tus últimos abrazos,
tus últimas caricias,
tus últimas miradas,
tus últimos aromas,
tus últimas notas musicales,
tu última canción y sobre todo tu última sonrisa,
esa que me diste siempre.

No nos veremos porque sí me vas a olvidar no será en la esquina de una habitación llena de tus "últimos" todos, me lo juro.

Vamos a dejarlo todo así, amor,
como siempre,
al aire,
con esa ilusión rara y boba de que hay más,
de que tiene que haber más,
aunque los dos sepamos que esta vez, ya fue todo,
que se nos acabo nuestro número límite de veces,
que no nos queda chance para volver a sacar de cuidados intensivos el amor y la risa.

El diario de varios/desvaríos poéticos Where stories live. Discover now