Piensalo. Un lugar de ensueño, un montón de niños para jugar, ¿Qué podría salir mal?
AVISO: contenido abusivo y violento
{La historia está inspirada en OUAT}
Seguía allí, esperando a que a la chica se fuese, sin embargo, y para mi disgusto, tomó asiento debajo de un árbol.
Peter: buenos días Campanilla -oír su voz me hizo sentir extraña, un hormigueo en mi estomago llegó hasta mis manos que comenzaron a temblar, sonaba extremadamente macabro.
Mis penasamientos dudaban, Campanilla, era el hada de la historia, pero, no era un hada pequeña, parecía una joven y no tenía alas.
Campanilla: ¿Qué es lo que quieres esta vez Pan? -dijo ella.
Peter: ya veo que te has despeinado un poco, espero que no te hayas dañado las alas.
Campanilla: gracias por tu preocupación-dijo desplegando dos alas trasparentes y hermosas- pero están perfectamente.
Mi corazón se encogió al verlas, jamás había visto un hada, como era de esperarse, solo deseaba que volase para verlo en persona, era un deseo frustrado de mi niña interior. Además del hecho de que era aún más bonita que como me la había imaginado.
Peter: Entonces, ¿por qué no viniste volando?
Campanilla: Me pareció más entretenido seguirte-dijo ella restándole importancia.
O no, no, no, no, no. Ella creía que yo era Pan.Así que esos eran los pasos que había estado escuchando todo el rato. Y pensar que casi me causa un ataque al corazón de los nervios.
Peter: Ya veo-dijo echando una mirada discreta hacia la cueva, se dio cuenta, pude sentir un brillo en sus ojos al verme aterrada. - un último favor Campanilla, quiero que juntes a dos personas, dos personas que tendrán un hijo muy especial.
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Campanilla: Te escucho-dijo cruzándose de brazos.
Peter: Oh, este no es lugar para hablar, podrían-se acercó al oído del hada- oírnos
Campanilla: Bien y ¿Qué sugieres? -dijo esta indiferente
Peter: Ve hasta el árbol de Neverland, mañana nos reuniremos allí al amanecer.
Y sin decir nada más el hada comenzó a volar hacia el cielo estrellado, mi corazón se encogió viendo como sus alas vibraban una y otra vez para hacer que su cuerpo se alzase, como una fantasía. Sin embargo, el hecho de que al irse me dejase allí, sola con Peter Pan, no me agradaba en absoluto.
Peter: ¿No te han dicho qué es de mala educación escuchar a escondidas? -dijo mirando a la cueva- más te vale salir o iré yo a buscarte.
Juro que quería obedecer, pero mi cuerpo temblaba, el miedo inundaba cada parte de mi, y no me gustaba para nada.Mis piernas trataron de obedecer, pero temía tanto que me hiciese volver a la caja que mis pensamientos no me dejaban reaccionar adecuadamente.
