Rumbo a Neverland|Peter Pan {terminada}

Nunca Jamás [13]

Peter

Tres días pasaron desde que Jones había partido para cumplir con mis encargos, un gran trato, sin duda.
Su hermano mayor había regresado al reino al que pertenecía junto con su rey, pero ninguno de los dos volvió a hablar con respecto a dreamshade.

______ seguía buscando a Paul por toda la isla durante el día, mientras creía que yo no lo sabía. Pero Félix me había informado desde su primera escapada. No entiendo el porque ese chico. Paul no tiene nada en especial, ¿o sí? El simple hecho de pensar en que alguno de ellos tuviera alguna cualidad me provocaba escalofríos, eran una panda de incompetentes.

_____(t/n)

Era la tercera vez que divisaba el mismo lugar en el que había visto a Paul por última vez antes de que desapareciera, tres días y dos noches desde aquello, aún sigo culpándome por no haber ido tras él en vez de obedecer al estupido de Félix, aún así había estado buscándolo, sabiendo que Pan estaba al tanto, quería que lo supiera, que supiera que sin Paul no tendría ningún favor más de mi parte.

Félix: se acabo la guardia niña ojeras -dijo el rubio acercándose a paso rápido hacia mí, era cierto, llevaba aquellas noches sin pegar ojo, Paul ocupaba todos mis pensamientos, me resultaba imposible dormir pensando en todo lo que le podía estar sucediendo, comenzaba a sospechar que Pan pudiese haber hecho algo.

_____: vete de aquí rubio, mientras no salga del campamento estoy en mi derecho -dije sin darle importancia, durante el poco tiempo que llevaba aquí me había dado cuenta de que, aunque las apariencias engañasen, Félix en realidad no tenía el consentimiento de Pan para acabar con ninguno de nosotros. Cuando descubrí eso el miedo hacia aquel rubio desapareció.

Félix: no voy a discutir con una niña pequeña- me agarró del brazo y me arrastró camino a mi cabaña, intente zafarme de todas las maneras, mordí su mano y él seguía sin reaccionar, no quería que me encerrara, estaba entrando en pánico, esa cabaña había sido como otra jaula para cuando a ellos se les antojara no verme, estar en Neverland resultaba una tortura diaria -se acabó el trayecto para intentarlo.

Acto seguido me empujó a la cabaña y cerró la puerta con llave, esta era la quinta vez en los últimos dos días, y no lo soportaba.

_____: ¡Félix! ¡Sácame de aquí! ¡Se acabaron los juegos! -pataleé inútilmente contra la puerta de madera, miré a mi alrededor, una cabaña sin ventanas, lo dicho una jaula.

Peter: El juego se acaba si yo lo digo ¿recuerdas? -se encontraba justo detrás de mí, en una posición que no me agradaba en absoluto, Pan no me atraía, ni siquiera quería pensar en aquello, pero debo admitir que sus trucos de persuasión estaban volviéndome loca. - ¿te has quedado muda de repente? -susurró mientras comenzaba a acariciar la palma de mi mano y fue subiendo lentamente sus dedos por el largo de mi brazo, sentí escalofríos mientras lo hacía. Esto me empezaba a dar muy malas sensaciones.

_____: Pan, ¿necesitas algo? Sabes de sobra que en cuanto él vuelva haré cuanto quieras sin pantomimas - Pan pareció no escucharme porque continuó con el recorrido de su mano, posicionó la otra en mi cintura y pasó las yemas de sus dedos por debajo de mi camiseta. Me alejé instintivamente en cuanto una de sus manos bajo a mi trasero.

Peter: No me interesa que hagas nada por mi salvo una cosa -dijo acercándose de nuevo.

Me di la vuelta y retrocedí para alejarme aún más. Todos estos días había estado comportándose así, sentía que era una especie de juego para él. Pero ese juego no me gustaba en absoluto, en lo único en lo que podía pensar era en Paul. Mi mente no se centraba en anda más, pero ese ojiverde lo ponía muy complicado, haciendo sus trucos sucios e intentando encandilarme.

_____: Pan por favor, encuéntralo -supliqué.

Peter: No puedo creer que estés cambiando de tema como si nada -volvió a acercarse, pero yo solo retrocedía, no quería seguir jugando al gato y el ratón - si te traigo a tu amigo de vuelta, tendrás que deberme algo.

_____: Vaya, otro de tus tratos, no esperaba menos de ti. -mascullé entre dientes, eso significaba que había podido traerlo de vuelta todo este tiempo y no había querido.

Peter: Bien entonces se acabaron las súplicas y los llantos de niña inocente. -sus manos atraparon mis muñecas fuertemente - sabes ____, llevo unos días un tanto cansados, quiero desahogarme con alguien -sus labios susurraban esas palabras en mi oído, haciéndome sentir completamente desnuda ante él.

Mi cuerpo tembló ante aquello, empezaba a sentir una especie de atracción extraña hacia él. Sus juegos no me gustaban porque empezaban a surtir efecto en mí.

____: ¿A dónde quieres llegar con esto? -mi voz sonó amenazante, aunque no reflejaba en absoluto mi miedo en ese momento. Pan rio ante mis palabras.

Peter: Llevas haciéndote la tonta desde el primer día _____, y en cierto modo me hace gracia -dijo mirándome directamente a los ojos- pero todo tiene un límite - se quedó un momento parado.

Creo que mi cara de pánico era notable en esos momentos, era cierto que había pretendido no entender mucho de lo que decía, pero siendo sincera tampoco comprendía tanto como él creía.

Mi cuerpo estaba tenso, no estaba del todo segura de lo que podría suceder, pero aquella sensación de atracción no desaparecía de mi interior. Si iba a hacer algo, solo quería que lo hiciese ya y acabase con esta tensión que estaba estrujando mis músculos.
Pan no se alejó, pero tampoco hizo amago de querer acercase más de lo que estábamos, ese tipo de veces era en las que yo no llegaba a comprenderle, ¿qué diantres quería? En algunos instantes llegué a pensar que ni él lo sabía. Aunque esa posibilidad no era muy realista, él siempre sabía lo que quería.
No sé cuánto tiempo pasó, pero de un segundo a otro sus ojos dejaron de brillar, sus manos liberaron mis muñecas y su sonrisa desapareció.

Peter: Deberías empezar a plantearte que esto no es tu mundo _____, tarde o temprano tendrás que comenzar a respetarme y también las reglas, o no acabarás nada bien - dicho esto se marchó por la puerta, no desapareció como siempre había hecho, salió sin más, dejándome sin habla, aquello había sido una amenaza, sentí mi piel más fría de lo normal y empalidecí, quiero irme de este lugar y no volver jamás, nunca jamás.