SOBREVIVIR EN ESTE MUNDO CRUEL

4-"GRANERO"

Los ojos me dolieron en cuanto la luz del sol me iluminó completamente el rostro obligándome a cubrir los ojos con mi brazo libre por un momento para cuando salí de la carpa junto a mis hermanos, tomaba la mano de Axel mientras que Ray se mantenía junto a nosotros con su gran estatura, parecía que mostraba autoridad solo con levantar la barbilla, pues tenía completamente sobre nosotros, sus únicos familiares ahora, y quien sabe que nos vallamos a topar a otros Celen por aquí, mientras seamos parientes no habrá problema, es mejor que estar rodeados de desconocidos desesperados que harían lo que sea por subir a esos camiones y sentirse seguros entre las armas más grandes.

Suspiré para mí sin llegar a llamar la atención de Axel, no quería ver sus ojos hinchados por tanto llorar cuando el militar anterior se fue, Axel no soportó la tensión y el miedo, no podemos culparlo solo era un niño y a diferencia de mí solo puedo abrazarlo fuerte y decirle que fuera fuerte, tenía que serlo, un niño perdió a sus padres a una edad temprana y solo quedan sus hermanos mayores que pueden abrazarlo aún y recibir cariño y apoyo dejando de lado las peleas estúpidas por la ultima rebanada de pizza o el ultimo panqueque del plato, las cuales ya ni siquiera importan ahora. Rodee los hombros de Axel cuando solté su mano y lo pegué a mi costado.

Los demás no tardaron en salir y solo cuando dejamos libres las mesas metálicas comenzaron a llegar nuevos pacientes, los médicos que habían terminado con uno de los pacientes seguían con el siguiente.

Comenzamos a caminar entre las personas sin separarnos, mantenía a Axel tan cerca de mí que parecía que quería metérmelo bajo el cuerpo y no dejarlo salir hasta que estuviéramos en un lugar seguro donde pueda saber que no le pasara nada solo con quitarle la mirada de encima por unos segundos.

Una mano se aferró al hombro de Ray sobresaltándole un poco hasta que se dió cuenta de que era el militar anterior, nos hizo una seña hacia un camión con pocas personas arriba pero un gran grupo amontonándose en el centro para poder subir en cuanto fuera su turno, un hombre salió de allí y se dirigió a los camiones sin esperar su turno, esto llamó la atención de varias personas que comenzaron a aquejarse, uno de ellos respondió hacia sus quejas llevando su mirada a aquel hombre que comenzaba a acercarse un poco más al camión hasta que uno de los encargados—decirle a las personas en que camión subir en cuanto escucharan su nombre— le levantó la voz hasta llamar su atención, corrió hacia el hombre que era más que clara la desesperación que tenía en su rostro y con la poca paciencia que le quedaba sujetó el pequeño megáfono y se acercó al hombre.

—Si no he dicho su nombre de este papel que ahora me parece insignificante en estos momentos de caos, ahora mismo debería alejarse del camión y esperar, estamos autorizados a usar la violencia si es necesario, por favor le pido que espere su turno, todos estamos cansados y queremos salir de aquí los antes posible, así que...—estiró su brazo y le indicó que caminara hacia otra dirección, a lo que el hombre respondió con apretar los dientes y arrugar el entrecejo, al final obedeció y se colocó en donde estaba anteriormente. El militar lo miró por última vez hasta proseguir con los nombres en ese papel.

—Tendrán que juntarse con esas personas—dijo el militar apuntando al grupo con la barbilla, no le importó la discusión anterior, pues sabía lo que tenían que hacer en caso de esas escenas, así que no mostraba preocupación sino diversión—si escuchan su nombre avancen hacia el que tiene la tabla, suban al camión y siéntense en un lugar que esté disponible—explicó.

— ¿Cuánto dura el viaje hasta la base?—pregunté mientras acomodaba la mochila en mi hombro.

—Veamos, puede que sean más de tres horas

—¿Qué? ¿Más de tres?—soltó el hermano de la niña rubia.

—¿Esperan que esté en el centro de la ciudad?, buena suerte entonces—sin más se retiró.