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Nicholas. Estados Unidos, la misma época.

—pero no entiendo, hermano— Mi hermana Gretel parecía frustrada— ¿Por qué...?

—se la llevaron, ¡Joder! — le grité— entiende eso. La raptaron los malditos piratas.

Mi padre se rascó la barba.

—¿Tenían ellos algún motivo para hacerlo...?

—Sophie es mi esposa— recalqué— ese es el único motivo que tienen esos sucios y mugrosos piratas para llevársela.

—Nicholas...— Gretel usó su maldito tono conciliador— ambos sabemos que ellos pudieron haber tenido otras razones— me acusó— y lo sabes.

—no, ellos no tienen otros motivos— ofuscados, me levanté y salí del despacho de mi padre.

No me importó el gesto de decepción en los rostros de mi familia. Necesitaba aire y dentro de ese cuarto no iba a encontrarlo. Me encerré en la habitación que me habían dado en la casa y busqué entre las maderas del piso aquella que estaba floja y que me permitió acceder a mi tesoro.

Ya he comentado con anterioridad que mi fortuna se fundaba sobre juegos y tratos sucios. Lo he hecho. Todos tenemos pasados de los que no estamos orgullosos.

—no puedes traicionar a la sangre, Nicholas— mi padre entró— sabes que esto ha estado en la familia por mucho tiempo.

—¿Y crees que acaso me agrada ser esto? un sucio y maldito...

—debes dejar el rencor.

—no sé por qué mierda te pones de mi lado— me paré, sin importar que pudiera ver mi tesoro— ni siquiera eres mi padre.

—Nicholas...— no lo dejé seguir. Salí de la habitación y caminé.

Caminé varios kilómetros, hasta llegar al puerto. Ahí, dejé que mi vista se perdiera en la lejanía del horizonte sobre el agua, intentando adivinar donde estaría Sophie ahora.

—te encontraré... y cuando lo haga...— el agua me devolvió un ruido en burla.

Nadie puede escapar de su pasado. Tenía eso claro. Joder, lo tenía más que claro, pero jamás creí que pudiera aplicarse a mí. Sabía que mi ADN me conectaba con la parte más sátira y siniestra de la sociedad, pero nunca lo admitiría; hasta ahora.

Mi existencia y mi genética puso en peligro la vida de Sophie y eso... joder, no sabía por qué cño me preocupaba. Ella debía estar ya muerta y yo podría rehacer mi vida.

Sabes que no es así, me reprendió mi mente, la quieres y la necesitas.

Necesitaba encontrarla... y si para eso tenía que mostrar quien era realmente... yo... tenía que encontrar a Sophie, costara lo que costara.

Volví a mi casa, buscando mi tesoro. Un pequeño cuaderno— una bitácora— con los viajes de mi verdadero padre, aquel a quien no quería vincularme. Compartía la sangre con alguien que no debía ser aceptado en la sociedad, alguien que tenía que estar hundido en las profundidades del océano y de quien no se debía hablar.

Yo, Nicholas VanDaner, era hijo de un asqueroso y mugroso pirata. Ese claramente no era mi apellido. El nuevo marido de mi padre me lo había cedido para ahorrarme los bochornos de ser el heredero de uno de los robadores más famosos del mar. Mi verdadero linaje debía mantenerse en secreto si quería conservar mi status.

Hojeé las últimas hojas, en las que mi verdadero padre daba a conocer la existencia de su hijo.

Marzo, 21. 1804.

Cuando Katerina me dijo sobre su embarazo, ambos tratamos de dejar el mar atrás, pero ninguno de los dos pudo. Ambos teníamos la necesidad y la conexión con el agua y no podíamos huir de nuestros destinos. Nuestro hijo nacería en el océano y ahí morirá, cuando sea su momento.

Ella está feliz con la noticia, pero yo me encuentro resistido a la idea de que Nicholas— hemos decidido que así será llamado— comparta nuestra vida. Ambos nos hemos estado preguntado cuál será la mejor decisión por el bien de nuestra familia, pero en especial, por el bien de Nicholas.

Junio, 7. 1804.

Estoy muy enfermo. Katerina dice que solo es una fiebre, pero sé que no será eso. Mi vida se acabará y me uniré a la espuma de las olas. He vivido bien. Nicholas nacerá luego de mi muerte y espero que su vida sea mejor de la que yo podría darle. Siempre lo cuidaré, aunque él no vaya a saberlo y estos papeles sean parte del extenso mar que me rodea.

Katerina dice que rehará su vida en Nueva Orleans y que enamorará a alguien para que se haga cargo de Nicholas cuando éste nazca, pero me resisto a la idea de que ella se entregue a otro hombre que no fuera yo.

Por lo pronto, solo me queda esperar la muerte y ver el embarazo por el poco tiempo que la vida me permita.

Esa era la última hoja escrita. Mi padre había muerto dos días luego de esa entrada, por lo que me enteré años después. Mi madre había rehecho su vida, tal como dijo y enamoró a Elías VanDaner para que éste se hiciera cargo de un hijo que no era suyo. Sino, hijo de un pirata. Hijo de Salazar.

Joder, hasta la persona más asocial de la tierra conocía a mi padre. Aunque muy pocos tenían la información de que él había tenido un hijo.

Toda mi vida me encargué de tapar eso y mantenerlo así. Hasta que el maldito Harrison lo supo. Me encargué de que muriera, pero él tenía un hijo. No lo sabía en ese entonces— lo descubrí recientemente— que su hijo, llamado William, me buscaba.

No caí en cuenta de todas las conexiones hasta que lo vi metido entre el fango con mi esposa, seduciéndola y engatusándola para ponerla en mi contra, —¡Como no hubiera hecho ya yo ese trabajo! — para luego raptarla y comerle la cabeza con que los piratas no eran lo que eran.

Tenía la certeza de que William haría eso. Se encargaría de enamorar a Sophie, para luego ponerla en mi contra y usarla como arma para hacer daño. William sabía que ella era la única que tenía la capacidad de hacérmelo.

Por eso, tenía que encontrarlos. A ambos. Recuperar a Sophie y matar a William y para hacerlo, debía aceptar mi legado y convertirme en lo que realmente debía ser: un maldito pirata.

 como me pidieron algunas personas, voy a hacer también en esta historia los # famosos de "Mi sumisión" (historia en mi otro perfil@kittenbdsm )y que consta de hacer preguntas que ustedes tienen la libertad de responder, para conocernos más :)

la de hoy va a ser :

# ¿Qué cosas que heredaron de sus familias les gusta? Ya sea desde un objeto, el color de ojos, un hábito, ¡Lo que se les ocurra!

Las leo :)

Ámame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora