Harley no podía pensar en otra cosa. Aún estaba procesando lo que le había dicho su padre, seguía sin poder creerlo. Pensar en sus padres como cazadores le revolvía el estómago, y no podía entender por qué habían tomado esa decisión.
Y luego estaba Magnus. Su familia entera estaba en peligro. Si los llegaran a encontrar, ¿qué sucedería? ¿Qué podrían hacer al respecto? Tenían armas, un lugar en donde esconderse y, por supuesto, a sí mismos. ¿Y si no es suficiente?
Harley nunca se había sentido tan ansiosa y tan acongojada antes. Cuando salía a la calle, miraba por todos lados en búsqueda de lo que sea que la estaba observando. Lo único que recuerda son ojos verdes observándola fijamente. Debería contarle a su familia, confiar más en ellos, pero no quería que entren en más pánico.
Observó a su padre. Estaba de cuclillas buscando algo en una caja enorme. El GELA estaba lleno de gente yendo y viniendo. Ahora que lo sabía, no la hacía sentir mejor. Abrazó su cuerpo.
—Oye —escuchó, suavemente.
Se volteó. Su madre se había acercado a ella. Estaban en la oficina de Jeremiah junto a unos papeles.
—Hola, ma.
—¿Cómo estás? Los chicos me dijeron que sabes lo que ocurre —Harley asintió con la cabeza y se abrazó aún más fuerte a sí misma—. Ay, chiquita —su madre la abrazó—. Es por esto que no queríamos contarte.
—¿Tú lo sabías?
—Por supuesto que sí, Harley, pero no quería decirte nada para no preocuparte —añadió rápidamente.
—¿Por qué hacen eso los padres? Hacen más mal que bien—. Amy Lynn suspiró, apenada.
—Escucha, Har —dijo, colocándole un mechón de pelo por detrás de su oreja—. Estamos bien. Vamos a estar bien. Tu padre y Sam trabajan en esto hace mucho tiempo. Tienen entrenamiento de sobra.
—Vi a alguien, ma.
Amy Lynn la observó por unos minutos, boquiabierta. Suponía que intentaba entender la situación, así que le explicó lo que vio el otro día. Al terminar, Amy frunció el ceño.
—¿Qué más viste? ¿Cómo estaba vestido?
—Supongo que estaba usando algo negro porque solamente pude observar sus ojos verdes —Amy Lynn iba de un lado a otro, pensativa.
—No era Magnus, eso es seguro. Tu padre me ha contado que es un lobo marrón de ojos marrones.
—Y esa tarde en la que los persiguieron, ¿no había ningún lobo con esas características? —su madre sacudió la cabeza.
—Era un siberiano con ojos grises, uno marrón y otro marrón con manchas blancas con ojos marrones y otro negro con ojos negros —Amy observó a Harley, quien estaba muy nerviosa.
—Quizá no fue nada. Quizá fue una coincidencia. No intentes pensar más. ¿Le has contado esto a alguien más?
—No —respondió, con un nudo en la garganta—. Tú eres la única que lo sabe.
Afuera de la oficina, Jeremiah seguía buscando entre las cajas.
A la tarde, Sam y Harley se pusieron a entrenar. Cada uno llevaba puesto un traje de esgrima con su careta y su sable. El lugar en donde entrenaban estaba desierto, por lo que podían charlar tranquilos.
—Hace mucho que no hacía esgrima —comentó Harley.
—Juzgando tus movimientos, se nota de veras —contestó Sam.
ESTÁS LEYENDO
I. Moonlight Shadow (editando 2023)
FantasíaHarley Lightwood no es una chica normal. Ella es una mujer lobo, junto a su familia. Lo que ella no sabe, es que corre un grave peligro. Un objeto poderoso. Una banda de lobos. Un libro. Ella tiene demasiadas cosas en la cabeza. Quiere saberlo todo...