Caos en la cafetería

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Caos en la cafetería

Miré a Sam, atemorizada y me fui directamente hacia las puertas que daban al lugar donde estaban las cajas registradoras, y me escondí. Sam se sentó en la mesada, se dio vuelta, y saltó a resguardarse justo a tiempo porque una silla pasó rozándole la oreja derecha. Nos quedamos inmóviles.

Se escucharon los inconfundibles rugidos, y el rasgar de sus ropas. Miré de reojo, y pude notar que era luna llena. Solté un resoplido de angustia, cuando escuché que varias personas se alejaban atemorizadas, incluida la mesera. Los lobos eran cinco, y uno de ellos mordía despiadadamente a una pobre señora que había pasado por allí gritando, y ahora se yacía desangrada en el suelo, mirando sin ver el techo. Mientras tanto, los lobos, furiosos, tiraban mesas y sillas, rompían vidrios y ventanas, y uno de ellos había entrado al local chocando el auto contra los ventanales, y saltó del auto como si nada.

Era un caos; la policía llegó y miró perplejo a las figuras que se alzaban sobre él, peludos y en dos patas. Los tres policías que llegaron dieron unos pasos para atrás, y el del medio cargaba su pistola eléctrica. Uno de los lobos, enfadado, le arrebató la pistola, y el más valiente de los tres policías le disparó un sedante. Éste cayó dando bruces contra el suelo.

Un lobo alzó las orejas y olfateó el aire, en nuestra dirección. Di un grito ahogado, y Sam me tapó la boca con una mano. A medida que el lobo se acercaba, nosotros nos alejábamos hacia el lado opuesto, mientras que más policías llegaban con sedantes, y sedaban a todo lobo que se le cruzara.

Al cabo de unos segundos, cuatro lobos se hallaban sedados.

-          Sé que estás ahí – oí una voz en mi cabeza, Sam parecía que también lo había escuchado, ya que se había quedado inmóvil en su lugar – Salgan, no les pasará nada. – Como vio que no nos movíamos, saltó con un rugido por encima de la mesada, y se abalanzó sobre nosotros.

Antes de que reaccionara, el lobo cayó  hacia delante. Levanté la mirada, y lo vi a Luke con una pistola cargada de energía eléctrica.

Suspiré, aliviada, y vi que los policías se habían ido. Noté que los lobos se estremecían un poco y, justo cuando me fui hacia la puerta, los cinco lobos se levantaron de repente y uno de ellos, el que estaba más cerca, me tiró al piso, colocándose justo encima de mí.

Olía a sudor, a sangre, y a carne putrefacta, y sus garras se clavaban en mis hombros, haciendo que me duela.

-          ¡Aléjate! – grité.

-          No – dijo en un ronco susurro – No hasta que respondas mis preguntas. – Los miré a Sam y a Luke, y vi que dos lobos los tenían retenidos por atrás por los brazos, y forcejeaban y pateaban a quiénes los retenían en completo silencio.

-          ¿Qué quieres? ¿Quién eres? – me pegó un zarpazo, y me gritó, enfurecido.

-          ¡Yo soy el que hace preguntas!

-          ¡De acuerdo! – dije. Sentía una punzada de dolor en donde me había lastimado, y, por si fuera poco, me dolía el cuerpo por el hecho de que me había tumbado, y que estaba colocando todo su peso sobre mí.

-          ¿Cómo se utiliza el maldito collar?

-          No te lo diría, ni aunque retengas a mi familia – lo miré, enfurecida. Sonrió, mostrando sus dientes amarillentos teñidos de sangre. Olía horrible.

-          Así que quieres hacerte la ruda, ¿eh, Lightwood? Lo dices ahora, porque ya has encontrado a tus hermanos, menos a tu hermanita, que está con tus asquerosos padres – Me hizo más presión contra el suelo. Su sonrisa desapareció, para dar lugar a una mueca de rabia – Pero lo que no sabes, es que podríamos retenerlos una vez más. Yo fui quién hizo el campo invisible para “resguardar” a tus hermanos. Lo hice, porque sabía que tú eres muy pegada a ellos, y que lo darías todo, ya que son tu familia. Yo lo hice, porque sabía que Sam conocía a Luke. Lo hice, porque sabía que Luke puede deshacer los campos invisibles. Lo hice, porque sabía que vendrías. Lo estuve planeando hace días, y noches. Horas, minutos, incluso segundos. Y todo, todo marcha según lo planeado – Sonrió de manera satisfactoria, y sus colegas asintieron y dieron su opinión de conformidad. – Tú te vendrás conmigo – Sonrió maliciosamente, mirándome fijo con esos ojos marrones, que parecían rojos.

-          ¡Sobre mi cadáver! – gritó Sam. Logró desprenderse del lobo que lo retenía, y ahora iba furiosamente hacia el lobo que me retenía, pero yo forcejeé para levantarme, y grité:

-          ¡NO!

Sam no me escuchaba. Arrebató sobre el lobo, y Luke se desprendió fácilmente porque el lobo que lo retenía ayudaba a su colega. Me agarró del brazo, me llevó a un lugar seguro, se convirtió en lobo, y lo atacó junto con Sam. Antes de que pudiera hacer algo, dos lobos me retuvieron.

Estaba harta de ser la “damisela secuestrada”. Siempre peleaban los chicos, porque, claro, eran más fuertes, y tenían más experiencia. No lo aguanté más, y me convertí. Mordí al brazo que me sujetaba a mi derecha, y el lobo saltó para atrás, aullando de dolor. Fui hacia donde estaban, y escuché que Sam me decía:

-          ¡Llama a los demás! ¡Hazlo, rápido!

Fui hacia afuera, y lancé un aullido lo más fuerte que pude.Vi que millones de lobos venían hacia mí, lobos que no conocía, y no estaba segura de que sean buenos. Me fui cada vez más hacia atrás, cuando tapé la puerta con todas mis fuerzas.

-          ¡Harley! ¡Ábrenos! – decía una voz femenina, la de Carrie, mi hermana - ¡No dejes entrar a todos, pero ábrenos a nosotros! – Abrí lo suficiente como para que puedan entrar mis hermanos, y les cerré al resto. Pero fue en vano.

Entraban lobos como podían al local. Eran tantos, que ya no había espacio para que entren. Les dije a los míos que se resguarden, que llamen a alguien, que hagan algo. Salí del local, y me tambaleé un poco. Cerré con fuerza los ojos.

Vi un lugar cerrado, parecido al de una cueva. Vi que centellaban cadenas, y las escuché arrastrándose por el frío suelo de roca. Había prisioneros allí, colgados en cadenas desde las paredes. Se quejaban mientras una chica se limaba tranquilamente las uñas, y emitía esa horrible risita que estuve escuchando hace tiempo. Sentí que me debilitaba, que toda la fuerza que me quedaba desaparecía. Sentí que me desplomaba en el suelo. La risa resonaba contra mi cráneo, como si la persona que reía estaba a mi lado. Abrí los ojos. Ya no era una loba. Estaba en el piso, y temblaba. Sentí que me tomaban con los brazos, y que me llevaban. Luego, todo se volvió oscuro, y ya no vi nada más.

I. Moonlight Shadow (editando 2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora