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Querido Peter:
Hoy hacen trescientos ochenta y nueve días desde que tus hermanos y tú desaparecisteis.
Los hijos gemelos de los señores Castores están creciendo de maravilla, tanto por lo alto como por lo ancho. Parecen dos bolitas de pelo adorables, como esos peluches de lana y algodón que tanto le gustaban a la reina Lucy. Creo que van a acabar siendo igual de glotones que su padre y su hermano mayor. Por suerte, la única hija de la familia parece no tener tanta devoción por la comida. Ella se está volviendo increíblemente inteligente y perspicaz... Se dio cuenta de lo que me entristecía en parte ver a su familia porque nosotros dos no llegamos a formar la nuestra. Trató de consolarme, es adorable.
Después de visitarlos a ellos, decidí pasarme a ver al señor Tumnus. Sigue viviendo en esa cuca y acogedora cueva y parece negarse a mudarse de ella alguna vez. Después de todo, es su hogar.
Charlamos durante unas cuantas horas mientras bebíamos un delicioso té rojo y como era de esperarse, unas sardinas. Nunca me ha aparecido una gran combinación; sin embargo, sería muy grosero de mi parte decirle eso a un fauno tan encantador, que siempre tiene las puertas de su casa abiertas para mí y me aconsejó mucho después de que me hicieses mudarme a Cair Paravel. Sin duda, es el mejor consejero que podríais haber tenido como reyes.
Por primera vez desde vuestra marcha, lo oí tocar la flauta de nuevo. Me confesó que no lo había hecho antes porque le recordaba demasiado a la reina Lucy, pues ella disfrutaba mucho de su música, aunque no fuera perfecta. Y por primera vez desde ese mismo entonces, sentí como mi corazón se apaciguaba ante la delicada y bella melodía que tocaba. Me sentí en paz.
Le pedí entonces que me llevase al lugar donde se había encontrado con la reina Lucy la primera vez que ella apareció en Narnia. El mismo lugar donde se encontraron vuestros caballos tras vuestra desaparición, como ya expliqué en la primera carta.
Estuve durante horas mirando estúpidamente ese poste metálico tan extraño y que al parecer emite luz propia, ese que da nombre al territorio que lo rodea, «Erial del farol». Luego recorrí y examiné los alrededores con sumo cuidado y atención, esperando encontrar una especie de portal que condujese a vuestro mundo. Sin embargo, aunque lo hubiese encontrado, dudo que hubiese sido capaz de atravesarlo, pues no hay lugar para mí en ese mundo tuyo. En cambio, en mi mundo, en Narnia, siempre habrá un lugar para ti, porque quien ha sido rey o reina en Narnia, siempre lo será.
Pero, incluso si no hubiese lugar en tu mundo para mí, todavía me gustaría poder ir allí. Sólo un día, solo una noche, solo unas horas, no pido más. Me sentiría satisfecha solo con tal de verte una última vez y decirte todo lo que me guardé para mí en el pasado, porque nunca creí que se nos acabaría el tiempo y no podría llegar a decírtelo.
Ah, cierto, el invierno está a punto de llegar y promete venir con grandes borrascas de tristeza y añoranza. De noches en velas y de recuerdos de nosotros. De pensamientos de ti y de ganas de verte. Vendrá lleno de ti. Y eso que el invierno nunca fue tu estación favorita.
Deseo que estés bien donde quiera que estés, Peter, mi rey.
Con amor,
Freya.
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Dear Peter ➳ Peter Pevensie
Fiksi PenggemarCuando los hermanos Pevensie abandonaron Narnia por primera vez, después de haber reinado durante años, dejaron atrás a muchos seres queridos. Entre ellos, al Sr. y Sra. Castor, al señor Tumnus e incluso al propio Gran Aslan. Sin embargo, Peter dejó...