Cuando los hermanos Pevensie abandonaron Narnia por primera vez, después de haber reinado durante años, dejaron atrás a muchos seres queridos. Entre ellos, al Sr. y Sra. Castor, al señor Tumnus e incluso al propio Gran Aslan. Sin embargo, Peter dejó...
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Querida Freya:
Ha pasado un año y quince días desde que mis hermanos y yo abandonamos Narnia.
Y seis días desde que la abandonamos por segunda vez.
Sí, hemos regresado a nuestro mundo, pero creo que hemos dejado Narnia en buenas manos. Puede que al principio no me cayese demasiado bien y no me fiase de él porque sus congéneres telmarinos destruyeron y dominaron nuestro hogar, pero Caspian X es una buena persona y un gran guerrero. Será un buen rey, digno de Narnia.
Antes de irnos, Aslan nos dijo a Susan y a mí que ya nunca podríamos regresar, porque ya somos muy grandes y hemos aprendido todo lo que debíamos. Edmund y Lucy sí podrán regresar, pero nosotros no. Y aunque me sentí un poco triste al enterarme, también me sentí aliviado. Aliviado porque no estoy seguro de querer regresar más. Narnia sin ti no tiene sentido. Narnia sin ti se siente vacía. Narnia sin ti ya no se siente mi hogar. Narnia sin ti no es Narnia. O al menos no lo es para mí.
Todavía recuerdo perfectamente todo lo que escribiste en tus cartas para mí y sigo lamentándome por haberte dejado sola, por no haber estado a tu lado en el último segundo. Pero, desgraciadamente, no pude traerme esas cartas a nuestro mundo.
¿Sabes lo que sí pude traerme? El anillo de compromiso que te di hace tanto tiempo. Después de haberlo encontrado, lo coloqué en una cadena de oro y me lo colgué al cuello. Pensé que cuando regresásemos a Inglaterra ya no estaría ahí, pero sí estaba. Todavía seguía colgado de mi cuello. Creo... que fue una especie de regalo o compensación de parte de Aslan. Sea lo que sea, le estoy muy agradecido por dejarme tener este recuerdo de ti.
...
Mis padres están preocupados por mí. Desde que volvimos de Narnia, no he sido capaz de comer ni de dormir. No me apetece ir a clases (aunque no es que antes me apeteciese mucho más). No tengo ganas de discutir con Edmund por tonterías. No tengo ganas de sonreír y fingir que no estoy roto por dentro. No tengo ganas de hacer como si nada hubiera pasado, como si el hecho de que ya no estés en ningún mundo no me está afectando ni me está destruyendo. No tengo ganas de nada. Lo único para lo que tengo ganas es para llorar, pero ya no salen más lágrimas de mis ojos, supongo que ya las he agotado todas.
Sé que debería continuar mi vida con normalidad, sé que eso es lo que tú habrías querido. Pero no puedo, al menos todavía no. Necesito tiempo para asimilar que te has ido y que nunca volveré a verte. Que nunca volveré a sentir tu toque. Que nunca volveré a ver tu sonrisa ni tu blanco pelo ondear con el viento. Que nunca volveré a verte sobrevolar el cielo en uno de tus dragones, que nunca volveré a besar esos dulces labios. Que nunca volveré a escuchar tu melodiosa risa ni tu preciosa voz riñéndome por las estupideces que hago en ocasiones. Que nunca volveré a perderme en esos preciosos, brillantes y claros ojos azules. Que nunca volveré a verte sonrojar cada vez que estábamos en la cama haciendo el amor y te decía cuan hermosa eras. Que nunca... volverás a estar conmigo ni yo contigo, cuando estar juntos era lo más importante para ambos.
Necesito tiempo. Mucho tiempo en realidad.
Pero apuesto que por mucho tiempo que pase jamás dejaré de amarte.
Desgraciada o afortunadamente (ya no lo sé), nuestro amor fue tan fuerte que ahora es difícil continuar sin él. Incluso es difícil concebir ser feliz sabiendo que no lo sentiré más. Supongo que tú pensaste lo mismo cuando te abandoné y por eso mi ausencia te fue un martirio y te impidió rehacer tu vida. Creo que a mí me pasara lo mismo, pero no me importa en lo más mínimo.
Te extraño y necesito más que nunca, Freya, mi reina.
