Cuando los hermanos Pevensie abandonaron Narnia por primera vez, después de haber reinado durante años, dejaron atrás a muchos seres queridos. Entre ellos, al Sr. y Sra. Castor, al señor Tumnus e incluso al propio Gran Aslan. Sin embargo, Peter dejó...
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Querido Peter:
Hoy hacen cuatro mil cuarenta y nueve días desde que tus hermanos y tú desaparecisteis.
De nuevo, debo darte una mala noticia.
Narnia está siendo atacada por los malditos telmarinos.
Parece que Telmar está pasando por una larga hambruna y sequía, y para acabar con eso y sobrevivir, han decidido invadir nuestro territorio. Llegaron por el oeste en grandes números y armados de pies a cabeza. Están determinados a destruirnos, a aniquilarnos, a exterminar a cada narniano y a llenar de sangre nuestro hogar... No están mostrando piedad y dialogar con ellos ha sido totalmente inútil.
Estamos en guerra, Peter, y vosotros no estáis aquí. Ni siquiera Aslan está; él desapareció no mucho después de que vosotros lo hicierais. Así que estamos solos ante esta amenaza, ante la tempestad, sin ninguno de nuestros preciados reyes para guiarnos.
Los narnianos han venido en mi busca para que los ayude, para que los dirija en esta batalla, porque, al fin y al cabo, al haber estado a punto de convertirme en tu reina y al haber sido tu mano derecha, soy lo más cercano a un líder que les queda. Estoy haciendo todo lo posible, creando decenas de estrategias de ataque y defensa y luchando con todo lo que está en mi mano para hacerlos retirarse.
Por suerte, tener seis dragones combatiendo a nuestro lado es una gran ayuda. Además, ellos parecen estar más que encantados de calcinar y matar telmarinos por lo que les hicieron a sus congéneres y a los jinetes de estos en el pasado. Orie lo está disfrutando como ninguno, aunque debería controlarse, se ha metido en varias situaciones ya bastante peligrosas y me preocupa que le pase algo.
Sorian está dirigiendo el ejército junto conmigo y el señor Tumnus, mientras que Sylha y otros tantos se está encargando de los heridos. Hacemos todo lo que podemos, pero ya hemos sufrido innumerables bajas y muchas familias y amigos están destrozados por las pérdidas. Y me siento desesperada e impotente por dejar que tantas vidas se estén perdiendo. Siento que no puedo dirigirlos bien y esto me hace pensar que quizás no habría sido buena reina.
No sé cuánto podremos aguantar, pero no dejaremos que lleguen a Cair Paravel. No los dejaré, protegeré ese castillo con mi vida si hace falta, porque fue nuestro hogar y nuestros recuerdos siguen presentes en cada rincón. Porque fue el lugar donde vosotros vivisteis y gobernasteis por tantos años. Porque es el lugar al que siempre perteneceréis y podréis regresar. No puedo dejar que sea destruido. Tengo que asegurarme de que permanezca intacto para que si algún día regresáis, todavía tengáis en Narnia un lugar al que llamar hogar y así sepáis que no habéis sido olvidados durante vuestra ausencia.
Y ahora debo dejar de escribir, Sorian me acaba de comunicar que un grupo de telmarinos han cruzado Beruna y debemos detenerlos antes de que se acerquen más al castillo.
Deséanos suerte y danos valor, Peter, mi rey.
Con amor,
Freya.
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Aclaración: Según los libros, los Pevensie gobernaron en Narnia hasta el año narniano 1015 y los telmarinos la invadieron en 1998. Sin embargo, para darle más sentido y dramatismo a esta historia, como podéis ver, yo he decidido cambiar eso y la invasión comenzó tan solo 11 años después de que los Pevensie se fueran.
