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Querido Peter:
Han pasado veinticinco mil novecientos ochenta y cuatro días de que tus hermanos y tú desaparecisteis.
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te escribí. Cuarenta y tres años para ser exactos. Por lo tanto, ya han pasado setenta y un años desde vuestra partida.
Sí, sí, ya he vivido justo un centenar, un siglo entero.
Sin embargo, me parece poco. Con todo lo que he pasado, he sufrido y sigo sufriendo, juraría que había pasado muchísimo más tiempo.
En serio, Peter, si me vieras ahora, me pregunto si me reconocerías. He dejado que los años afecten a mi cuerpo, a pesar de que podría haberlo evitado, como sabes, pero tampoco tendría sentido ralentizar mi envejecimiento cuando lo que quiero es que la muerte me lleve cuanto antes. He cambiado muchísimo, he envejecido bastante, aunque mi cabello sigue igual de blanco que al principio (esa es la ventaja de ser albina, que si te salen canas ni lo notas).
Dejando eso de lado, solo te escribo para informarte de los últimos acontecimientos, pues creo que debes saber lo que ha sucedido con los seres queridos que dejaste atrás.
Ya solo quedamos Eyra, Lagi (el gemelo sobreviviente de los castores) y yo. Quedamos tan pocos...
Sylha fue la primera en abandonarnos después de la señora Castor. Fue en una fría y oscura noche de invierno que recordaba al reinado de la Bruja Blanca. Murió mientras dormía plácidamente junto a Sorian. Obviamente, él fue quien lo supo primero. Lo escuché gritar de dolor y cuando corrí hasta su habitación para ver qué pasaba, me lo encontré llorando y abrazando con su único brazo el cuerpo inerte de Sylha, mientras le rogaba que no se fuera, que se quedara con él, que no lo dejara solo. Lloré por haber perdido a la única amiga mujer que me quedaba, lloré al ver a mi mejor amigo completamente destrozado y lloré aún más cuando vi la expresión de Eyra al entrar a la habitación.
El siguiente en abandonarnos fue el hijo mayor de los castores, apenas unos años después. Murió por una enfermedad que llevaba tiempo marchitándolo. Sus últimas palabras fueron que lamentaba no haber podido encontrar a una castora a la que amar y formar una familia feliz, como habían hecho sus padres, por el miedo a ser cazado por los telmarinos si pasaba demasiado tiempo fuera de la cabaña. Me rompió el corazón escuchar eso. Saber que ninguno de los preciados hijos de mis amigos había experimentado la verdadera libertad ni ese bonito, pero desgarrador en ocasiones, sentimiento que es el amor. Me dolió, porque aunque yo lo he conocido y sufro como nadie por ello ahora, todavía atesoro ese sentimiento con mucho cariño y definitivamente, lo mejor de mi vida siempre será haberme enamorado de ti, Peter.
Después, unos diez años más tarde y casi a la misma vez, nos dejaron Sorian y la única hija de los castores. Sorian murió ahogado en la tristeza por la pérdida de Sylha. Desde que ella se marchó, él nunca volvió a ser el mismo, no volvió a sonreír en absoluto y se pasaba el día bebiendo, esperando el momento de su muerte, sin darse cuenta de que aquello destrozaba a su rayo de luz, a su Eyra, a su Lucy. Pero no fue extraño que actuara así... Espero que al menos haya podido reunirse con Sylha en el otro lado y sean felices juntos.
La hija de los castores falleció de forma natural, sin dolor alguno. Igual que Sylha fue mientras dormía. Lagi lloró durante días, pues se dio cuenta de que se había quedado solo, de que había perdido a todos y cada uno de los miembros de su familia. Pero, finalmente, se hizo el fuerte y ha seguido viviendo como mejor ha podido, pues dice no querer morir por la pena.
Han pasado veinte años desde entonces.
Hace unos cuatro, Darmie también murió.
Lo sé, estoy segura de que murió. Porque aunque estemos a miles de kilómetros de distancia, sigo siendo la jinete de mis dragones, nuestra conexión sigue ahí. Bueno, ya no la tengo con todos, ahora también he perdido la conexión con Darmie, como ya la perdí con Orie y Ryra. Por eso sé que ha muerto, porque sentí como mi alma se rompía y un nuevo hueco aparecía en mi corazón.
Tan solo me quedan tres dragones, además de Eyra y Lagi.
Veo que al final lo sobrepasaré a todos y no me gusta esa idea.
Si tuviese el suficiente valor, me arrebataría la vida ahora mismo para acabar con todo ya, pero no puedo. Hacer algo así me parece denigrante, una vergüenza y una falta de respeto para todos aquellos que perdieron su vida peleando por proteger y recuperar Narnia. Así que esperaré hasta que la muerte venga por mí y entonces, la recibiré con los brazos bien abiertos y le daré la bienvenida.
Espero que tú sigas vivo y seas feliz, Peter, mi rey.
Con amor,
Freya.
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Dear Peter ➳ Peter Pevensie
FanfictionCuando los hermanos Pevensie abandonaron Narnia por primera vez, después de haber reinado durante años, dejaron atrás a muchos seres queridos. Entre ellos, al Sr. y Sra. Castor, al señor Tumnus e incluso al propio Gran Aslan. Sin embargo, Peter dejó...