Cuando los hermanos Pevensie abandonaron Narnia por primera vez, después de haber reinado durante años, dejaron atrás a muchos seres queridos. Entre ellos, al Sr. y Sra. Castor, al señor Tumnus e incluso al propio Gran Aslan. Sin embargo, Peter dejó...
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Querido Peter:
Hoy hacen tres mil seiscientos ochenta y cuatro días desde que tus hermanos y tú desapareciste.
Diez años han pasado ya.
Diez largos años.
Hoy debo darte una muy mala noticia, aunque creo que es mucho más mala para mí de lo que es para ti, porque vuestra relación aunque era estrecha, no lo era tanto como la mía con él.
Bilal ha muerto.
Así, de pronto, de la noche a la mañana. Murió durante la madrugada de ayer, Sorian encontró su cuerpo tendido inerte en su cama cuando fue a visitarlo por la mañana. No entendemos cómo ha podido pasar. Era joven, de nuestra edad, y estaba sano como un roble. No tiene sentido que haya muerto. Pero ha sucedido, ya no está. Se ha ido.
Creí que ya no sufriría más perdidas, pero estaba muy equivocada. Primero mi familia, después tus hermanos y tú... y ahora Bilal. ¿Por qué me vais dejando uno tras otro? ¿Por qué parece que queréis dejarme sola, hundida en el dolor y la agonía? ¿Por qué?
Bilal era de las pocas personas con las que podía contar desde vuestra partida. Sorian, Sylha y él han estado estos diez años siempre a mi lado, junto con mis dragones. Preocupándose por mí y asegurándose de que estaba bien. Tratando que de vez cuando al menos me distrajese para no terminar haciéndome daño a mí misma. Viniendo a verme a cada dos por tres para ver si seguía luchando o me había rendido ya. Pero ahora Bilal, mi Bilal, quien nos ayudó tantas veces, quien nos instaba a confesarnos mutuamente, se ha marchado de mi lado también.
Las lágrimas que creí que ya se habían acabado, volvieron a aparecer en el momento que me enteré de su muerte y no se han detenido desde entonces. El dolor me devora una vez más, tal y como cuando supe de tu desaparición, aunque quizás no tanto.
¿Por qué se ha tenido que ir también, Peter? Debería haber permanecido conmigo. No debería haberse ido antes que yo. Porque ahora me da miedo que todos los demás que aprecio también se marchen antes y tenga que soportar cada una de sus pérdidas. ¿Cómo podría soportar enterrar a los castores, a sus hijos, al señor Tumnus, a Sorian, a Sylha y a mis dragones? No podría, terminaría volviéndome loca o queriendo que la muerte me llevase también.
Ni Aslan ni los Dioses, pueden imaginarse como te necesito ahora mismo. Necesito refugiarme en tus brazos, que siempre fueron como un castillo para mí, y llorar en ellos hasta el amanecer. Necesito escuchar tu voz, que siempre fue como el tranquilizante canto de los pájaros para mí, tratando de hacerme sentir mejor. Necesito tu calor, tu amor.
Quisiera seguir escribiendo o mantenerme encerrada en la cabaña todo el día para no tener que afrontar la realidad que me espera fuera, pero no puedo no ir al funeral de Bilal. No puedo no dedicarle unas últimas palabras y besar su frente antes de darle el último adiós y ver como el Gran Río se lleva su cuerpo en la barca.
