Cuando los hermanos Pevensie abandonaron Narnia por primera vez, después de haber reinado durante años, dejaron atrás a muchos seres queridos. Entre ellos, al Sr. y Sra. Castor, al señor Tumnus e incluso al propio Gran Aslan. Sin embargo, Peter dejó...
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Querido Peter:
Han pasado cinco mil dos días desde que tus hermanos y tú desaparecisteis.
De nuevo, perdóname, Peter.
No he podido evitar que los telmarinos ganasen la batalla. No he podido guiar a los narnianos a la victoria, como hiciste tú tantas veces. No he podido hacer nada y todas las vidas perdidas, todos los sacrificios, incluyendo el de Orie, han sido en vano.
Cair Paravel ha caído y los telmarinos caminan a sus anchas por nuestras tierras, matando a todo aquel que se cruzan, a todos aquellos que hemos huido a los bosques tras la derrota. Nos han destrozado, nos han aplastado, nos han aniquilado, y yo me siento asqueada y decepcionada conmigo misma por no haber sido capaz de evitarlo. Por no haber hecho más. Por seguir viva cuando tantos otros han muerto peleando por Narnia y Aslan.
Sorian, Sylha, el señor Tumnus, los castores y sus hijos están viviendo ahora conmigo y mis dragones en la cabaña. Aquí estamos a salvo gracias a la barrera protectora que fue colocada por los alrededores cuando se construyó en su día, la cual evita que el territorio sea invadido por enemigos e incluso que la cabaña se deteriore. No hay forma posible de que los telmarinos puedan atravesarla o siquiera verla, para asaltarnos. Porque solo se muestra a aquellos que yo deseo. Así que, quien sabe, quizás si algún día regresas siga en pie y en buen estado.
Todavía duele la muerte de Orie. En realidad, duele exactamente de la misma manera que cuando sentí que nuestro vínculo se había roto. Creo que es un dolor que durara toda la vida, porque una parte de mi alma y mi corazón me han sido arrancadas, me han sido arrebatadas de cuajo. Contigo pasó lo mismo, pero a la vez fue muy diferente. Sentí que me faltaba algo, sentí que me había roto, sentí que mi alma se había desgarrado con tu ausencia, pero con la perdida de Orie no solamente lo siento, sé que es así al cien por cien.
...
La verdad es que no sé qué más escribir, no tengo ni ganas de seguir haciéndolo. Estoy sin fuerzas, sin vitalidad, si nada de nada, en estos momentos. Empecé con las cartas porque necesitaba desahogarme de alguna forma por tu perdida, pero ahora creo que me hace más mal que bien. Creo que me hace extrañarte más. Sin embargo, no creo que dejé de hacerlo hasta que sea tan mayor que no sea capaz de sostener la pluma y esté a punto de dar mi último aliento. Seguiré escribiéndote hasta entonces, aunque me haga daño, pero necesito un tiempo para descansar, para desconectar de todo y hacer sentir mejor a mi corazón.
Una vez más, lo siento, por no haber sido capaz de proteger Narnia, nuestro hogar ni a un solo narniano. Lo siento porque seguramente te habré defraudado, siempre creísteis que sería una gran reina y podría proteger el reino tan bien como tú.
