Cuando los hermanos Pevensie abandonaron Narnia por primera vez, después de haber reinado durante años, dejaron atrás a muchos seres queridos. Entre ellos, al Sr. y Sra. Castor, al señor Tumnus e incluso al propio Gran Aslan. Sin embargo, Peter dejó...
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Querida Freya:
Ha pasado un año y siete días desde que mis hermanos y yo abandonamos Narnia.
Sin embargo, hace unos días volvimos.
Sí, estamos de vuelta, estamos en casa, estamos en Narnia.
He conseguido volver, pero... Pero aquí han pasado mil doscientos ochenta y ocho años desde que nos marchamos por primera vez y tú ya no estás en este mundo. Todavía no puedo creerme que no estés, que haya vuelto y tú ya no estés aquí.
Aslan y algunos narnianos nos contaron lo que sucedió después de nuestra marcha, nos contaron como los narnianos de la época junto contigo y tus dragones peleasteis contra la invasión de los telmarinos. Como luchasteis y como, desgraciadamente, perdisteis.
No te preocupes, Freya, no te culpo por no haber sido capaz de dirigir a los narnianos a la victoria, sobre todo después de haber perdido a Orie; ya que sé perfectamente que para ti, Orie era a veces muchísimo más importante y valioso que yo. Además, ya no hay que preocuparse más por los telmarinos, los hemos vencido, Narnia vuelve a ser libre.
¿Sabes qué? Algunos de tus dragones aún viven o al menos uno. Sé feliz.
Fui al lugar donde se encontraba tu cabaña con la esperanza de aun siguiese allí y, efectivamente, lo estaba, al igual que la barrera mágica que la protege y oculta. ¿Sabes qué más estaba allí o más bien quién? Uno de tus dragones, justo el único que no conocí. ¿Naim, cierto? Ha pasado más de un milenio desde que nació y desde que tú te fuiste, pero allí sigue él, protegiendo impasible el que fue tu hogar durante muchos años y también el suyo.
En serio, tus dragones son sencillamente increíbles, pero eso ya lo sabes.
Encontré en el interior de la cabaña el baúl de madera que Edmund te hizo tiempo atrás y dentro de él encontré las cartas que me escribiste y el anillo de compromiso que te di. Se me rompió el alma al reconocerlo y me sentí morir cuando comencé a leer las cartas.
Freya, lo siento tantísimo.
Siento todo el daño que te he causado con mi ausencia. Siento haberte dejado sola. Siento no haber cumplido mi promesa de que siempre estaría contigo. Siento no haber estado ahí cuando más me necesitabas, cuando Bilal, Orie o Darmie murieron. Siento no haber estado ahí para luchar contigo contra los telmarinos. Siento no haber estado en cada uno de nuestros aniversarios y cumpleaños. Siento no haberte convertido oficialmente en mi reina. Siento no haber estado ahí cada noche al dormir y cada mañana al despertar. Siento no haber estado ahí para decirte cuan maravillosa eres y cuanto te quiero. Siento no haber estado ahí a lo largo de tu vida. Siento no haber estado ahí cuando diste tu último aliento. Lo siento, de verdad.
Pero, ¿sabes que es lo más siento? No haber estado para sentir y disfrutar todo el amor que me procesabas. Por Aslan, Freya, no puedo creer que me esperases por todo un siglo. No puedo creer que me siguieses amando tanto hasta el final, pese al dolor que te causaba. No puedo creer que me siguieses escogiendo a mí, pese a que no volveríamos a vernos. No puedo creer que tu corazón nunca haya cambiado de dueño, que siempre haya sido mío. No me puedo creer que alguien haya sido capaz de amar tanto como tú me amaste a mí. Pero lo hiciste y me siento el hombre más afortunado y desdichado a la vez de todos los mundos.
Afortunado porque una mujer tan maravillosa como tú me escogiese a mí de entre todos los hombres y me amase hasta el fin de sus días.
Desdichado porque nunca sabrás que si hubiese sido al revés, si hubieses sido tú la que se hubiera marchado, yo también te habría esperado por un siglo o más sin que mi amor por ti se inmutase, y porque nunca volveré a verte, ni abrazarte, ni besarte. Simplemente, nunca volveré a hacer nada contigo y esa es la condena más horrible de todo el universo, al menos para mí lo es, porque yo siempre quise hacer todo contigo, porque tú eras todo para mí, porque tú eras mi futuro, porque yo no sabía cómo vivir en un mundo sin ti... Y sigo sin saberlo, Freya, no sé cómo voy a vivir sabiendo que tú ya no encuentras en ningún mundo, que tú ya no estás más.
Y no puedo parar de llorar ni de leer tus cartas, y cuanto más las leo, más lloro. Pero estas cartas son lo único que me queda de ti, de tu amor por mí, de nuestro amor.
Freya, deberías haber rehecho tu vida sin mí. Deberías haber aprendido a amar a otro hombre de la misma forma que me amabas a mí o al menos de una forma similar. Deberías haberte permitido ser feliz con otro. Sé que lo intestaste y no funcionó, pero debiste seguir intentándolo, porque saber que viviste una vida llena de infelicidad y pérdidas después de que yo me marchase me está destrozando. Lo único que yo siempre quise para ti, desde que nos conocimos, desde que me enamoré de ti, era tu felicidad. Te merecías ser feliz más que nadie por todo lo que habías pasado con anterioridad. No te merecías la vida que te ha tocado vivir y duele saber que el mayor causante de tu dolor e infelicidad fui yo. Sé que también fui la causa de tu felicidad durante muchos años, en las cartas lo dejas muy claro, pero eso no compensa todo el daño que te he causado sin jamás haberlo querido.
...
Y no sé qué más decir.
Miento, hay muchas cosas que me gustaría decirte, pero ahora mismo mi corazón no es capaz de soportar que te siga escribiendo y ya sabes que tampoco soy muy bueno expresándome con palabras.
Solo diré una cosa más: Duele demasiado, Freya. Duele saber que tú ya no estás. Duele saber que te perdí. Duele saber que mi corazón nunca podrá recuperarse de esto. Duele saber que mi alma nunca volverá a estar completa. Duele saber que me amaste tanto y yo no pude demostrarte que te amaba de la misma forma. Duele saber que pasaste tus días esperándome y yo no volví por ti. Duele saber que te decepcioné. Duele saber que he llegado tarde. Duele.
Espero que al menos podamos reunirnos el día en que yo también me despida de la vida. Ese día te juro que no volveré a dejarte ir.
Hasta entonces, sigue esperándome, Freya, mi reina.
Con amor,
Peter.
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Ay, Peter ya ha descubierto que Freya falleció. :< Me da mucha pena porque él la amaba muchísimo, tanto como ella a él, y se merecían estar juntos hasta el final. ;;
Sé que muchos queríais un capítulo narrado donde Peter lo descubriese y leyese las cartas, pero eso no iba a suceder. Recordemos que esto es una historia de cartas y la única parte que habrá narrada será el epilogo.
