Sinopsis.

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El 2 de julio de 1991 es una fecha que nosotros como banda siempre recordaremos; también los habitantes de Saint Louis del estado americano de Missouri.
Ese día ofrecimos un concierto en el Riverport Anphitheatre, ante unas 16.000 personas.

Mientras interpretábamos el tema "Rocket Queen", Duff recibió un impacto con una botella que había sido arrojada desde el público, a pesar de que estaba prohibido que ingresaran con envases de bebidas. También se suponía que los guardias de seguridad estarían controlando el ingreso del estadio, pero la seguridad de mierda estaba brillando por su ausencia.
Había un motociclista en las primeras filas que no paraba de causar problemas, ya que durante la presentación trataba de llamar mi atención constantemente.
Cuando tocamos "Welcome To The Jungle", un tipo sacó afuera a un chico haciéndose el rudo y después me miró con una gran sonrisa como diciéndome: "mira lo que le hago a tus fans, imbécil" y parecía estar muy orgulloso de hacerlo.
Las personas que trabajan con nosotros tienen muchísima experiencia, han visto un montón de cosas y si tienen que sacar a alguien lo hacen, sin que salgan heridos.
Luego el mismo motociclista sacó una cámara, y le advirtieron al tipo que la guardara o terminaría el show y no lo hizo, empezó a tomar fotografías de mi banda.
Todo iba de mal en peor y empezaba a enfurecer mi temperamental carácter. Se suponía que existía una prohibición legal al respecto de ingresar cámaras fotográficas al concierto.

No soporte más la situación al ver que la seguridad no respondía a mis demandas, así que decidí actuar yo mismo, me lancé al público para quitarle la cámara al motociclista. Inmediatamente llegaron a sacarme de ahí. Luego de mi enojo, ya el concierto no podía continuar, así que tomé el micrófono y dije: "Gracias a la seguridad de mierda, me voy a casa" y me retiré del escenario, arrojando mi micrófono con malacrianza y entre insultos, después fui seguido por todos mis incrédulos compañeros que ya estaban acostumbrados a mi carácter de mierda.
Las luces del estadio permanecieron apagadas durante veinte minutos, mientras las personas esperaban abucheando.
Finalmente las luces se encendieron y los técnicos empezaron a desmontar los equipos bajo una lluvia constante de botellas y latas que las personas tiraban.
Al ver que el show había realmente culminado, los fans enfurecidos saltaron sobre el escenario atacando a la policía que protegía el equipamiento de la banda.
Recuerdo perfectamente que habían 60 personas hospitalizadas con graves heridas y unos cuantos fans murieron.
El servicio del estadio había sido una completa mierda, habían ingresado con botellas de vidrio y con navajas. Duff fue blanco de proyectiles al menos tres veces, sin que los de seguridad hicieran algo al respecto.

Todos piensan que todo sucedió porque yo no quería que me sacaran fotos. La cámara fue la última cosa por la que me sentí enfermo; el problema era con la seguridad. Hubo un extraño espacio en mi mente toda la noche, estaba pensando que algo no estaba bien aquí, ¿por qué esa extraña actitud, esa pasividad en la seguridad? Simplemente no estábamos en el mismo equipo.

Recuerdo aquella noche como si hubiera sido ayer; me encerré en mi camerino molesto y mi mejor amigo empezó a tocarme la puerta con insistencia, yo no quería abrirle, hasta que me cansé de su forma de tocar, le abrí y antes de poder decir algo, sentí que me agarró del cuello con fuerza.

—Si algo como lo que acaba de pasar, vuelve a suceder, ¡te romperé la cabeza!—dijo el pelinegro sujetándome del cuello acorralándome contra la pared más cercana.

—¡Suéltame, imbécil!—exclamé enojado.

Mi mejor amigo me soltó con fuerza haciendo que me golpeara fuertemente la cabeza contra la pared, gemí de dolor y maldije a lo bajo.

—¿Me escuchaste, Axl? ¡Esto ya no es divertido! ¡Que ni se te ocurra volver a hacer semejante estupidez!

Me incorporé molesto y lo miré con rabia por unos minutos para después lanzármele encima y golpearlo varias veces en su rostro.

—¡Tú no eres ni mi jodida madre para decirme qué hacer!—escupí con rabia—. ¡Aquí nadie me da órdenes y si no te gusta, vete a la mierda, no te necesito!—dije furioso después de dejar de golpearlo.

Estaba enojado y lo menos que necesitaba era que Izzy estuviera molestándome y diciéndome qué hacer y qué no hacer.
Izzy se levantó del suelo y lo miré, noté que en la mirada de mi mejor amigo, ya no se le veía molesto, ahora parecía estar dolido por mis punzantes palabras.

Últimamente las cosas iban de mal en peor entre nosotros, ya no éramos los mismos de antes. Ya no éramos Bill ni Jeff.
Después de la banda, Izzy era lo único que tenía.
Nos habíamos conocido en la escuela y formamos una relación de mejores amigos desde entonces.
Una relación que consistía en apoyarse mutuamente, estar juntos sin importar qué, tener el deseo de formar una banda, y por supuesto... Estaban las drogas de por medio.
Izzy conocía absolutamente todo sobre mí y yo conocía absolutamente todo sobre el pelinegro.
Y aunque muchísimas personas creían que Slash era mi mejor amigo, estaban equivocados, ya que Slash y yo no teníamos una relación tan fuerte como yo la tenía con Izzy.

Me voy —dijo Izzy pronunciando secamente esas últimos dos palabras antes de cerrar la puerta de un portazo.

Perdóname, Izzy | {Izzaxl}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora