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Lafayette, Indiana 1991.

Teníamos como dos o tres horas de estar esperando a que nos dieran noticias de Izzy.
No podía estar en paz sabiendo que él estaba ahí.
Desde que llegamos Alan no había querido decirnos absolutamente nada sobre Izzy, estaba muy preocupado sentado en una de las bancas del hospital, sin pronunciar ni una sola palabra.
Lo único que sabíamos es que había intentado suicidarse, pero sobre cómo lo había hecho, eso es lo que desconocíamos completamente.
Un doctor salió de la habitación en donde estaba Izzy y nos miró.

—¿Son familiares de Jeffrey? —preguntó y Alan se levantó rápidamente.

—Somos amigos —contestó y yo me acerqué desesperadamente hacia él.

—¿Cómo está? —pregunté—. ¿Qué sucedió? ¿Estará bien? Dígame, joder! —me exalté.

—Perdió mucha sangre —dijo seriamente—. Está muy grave —susurró.

—¿Qué sucedió? —preguntó Duff con los brazos cruzados.

—Tuvimos que limpiar su estómago ya que ingirió una gran cantidad de medicamentos —contestó—. Tuvimos que ponerle vendas en sus brazos.

—¿Se le fue la mano inyectándose droga? —le pregunté incrédulamente.
Izzy no había vuelto a inyectarse heroína y se me hacía imposible creer que haya vuelto a las drogas.

—¿No lo saben? —el doctor enarcó una ceja y todos negamos con la cabeza menos Alan.

—No lo saben —dijo Alan apenado.

—¿Qué cosa? —preguntamos al unísono.

—Jeffrey se pasó una navaja en ambos brazos muy fuertemente, él intentó cortarse las venas—dijo seriamente y yo sentí como mi mundo se vino abajo.
—Perdió muchísima sangre, el señor Niven dijo que cuando lo encontró...

—Parecía como una escena de asesinato —dijo secamente.

—¿Puedo verlo? —pregunté con dificultad y los demás me miraron como si hubiera contado un chiste. De verdad quería ver a Izzy, ¿costaba tanto entender eso?

—No, Axl —contestó Duff molesto.

—¿Y tú quién eres para decirme que no puedo verlo? —pregunté reprochándole.

—Soy su amigo —contestó—. Tú perdiste el puesto de su mejor amigo cuando lo trataste de la mierda.

—¡Cállate, imbécil! —dije perdiendo la paciencia—. Déjeme verlo, por favor —se me quebró la voz.

—¿Quién eres tú de él? —me preguntó el doctor dudoso.

—Su novio —contesté rápidamente y los demás me miraron anonadados—. Yo soy su novio, por favor —rogué.

—Adelante —dijo y se hizo a un lado para dejarme entrar a la habitación.

Abrí la puerta y lo primero que vi fue el delgado cuerpo del pelinegro en la cama, tenía la respiración lenta y su ceño estaba fruncido.
Estaba pálido con unas grandes ojeras debajo de sus ojos.
Miré sus brazos y efectivamente tenía vendas en ellos, ¿qué tan profundas habían sido sus heridas?
Acaricié su mejilla con mis dedos, estaba frío.
Me senté en un pequeño banco que había cerca de su camilla y lo tomé de la mano.

—¿Qué necesidad tienes con querer asustarme, Izzy? —pregunté soltando las palabras—. Fui un completo imbécil por decir que fallaste al hacer esto, pero ahora me doy cuenta que si no hubieras fallado y hubieras muerto... Lo más probable es que yo también lo estaría —dije empezando a llorar.
—Admito que verte de está manera me está matando —suspiré—. Izzy, si puedes escucharme... Perdóname, perdóname por todo el daño que te he provocado, mi amor —dije con la voz entrecortada.
—No te pido que me perdones porque lo que te he hecho es imperdonable, sólo quiero que sepas que a pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros, te sigo amando desde la primera vez —dije con lágrimas en mi rostro y tomé su mano y besé sus nudillos.

—Debo irme, bebé —dije levantándome del banco.
—Te prometo que estaré viniendo a visitarte —dije suavemente para después acercarme y depositar un beso en su cabeza.

Perdóname, Izzy | {Izzaxl}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora