Perdóname, Izzy | {Izzaxl}

Epílogo.

1 de abril del 2016.
The Troubadour, West Hollywood, California.

Nos encontrábamos en el Troubadour, después de 7 años de haber trabajado juntos con "Chinese Democracy" habíamos perdido contacto, el año pasado a Axl se le había ocurrido una reunión después de tantos años de no haber organizado un concierto los cinco. Él habló con Slash, con Duff, y al final se puso de acuerdo con Steven, dejándome a mí de último, no tuve otra opción más que aceptar, me puse a pensar en nuestros fans y cuanto amarían en vernos de nuevo juntos, como la alineación original que éramos en el 87.
Haríamos un concierto sorpresa para nuestros fans, tocando las canciones del Appetite, Illusion e incluimos unas cuantas canciones del Chinese.

—¡Denle la bienvenida a la banda más peligrosa del mundo, Guns N' Roses! —los gritos no tardaron en aparecer.
Steven se preparó para ir a la batería, Duff tomó su bajo y salió a escena seguido de Slash, yo salí con mi guitarra en mano y Axl me siguió.
Nos preparamos y empezamos a tocar It's So Easy, los fans no tardaron demasiado en volverse locos y a cantar con nosotros, esto era increíble.
Hace algunos años que ninguno de los cinco sentíamos esto, está sensación al estar en el escenario, no nos percatábamos de la locura que se volvía a generar por volver a tocar, esto se sentía malditamente bien.
Cuando Axl presentó a la banda, volví a los viejos tiempos en los que solíamos ser unos chiquillos que querían formar parte del mundo de la música.

—En la batería, Steven "Popcorn" Adler —dijo Axl volviendo a llamar a Steven como lo había llamado por primera vez cuando grabamos un concierto para MTV, provocando que los fans gritaran.
Al ver a Steven tocando felizmente con su batería, recordé que su sonrisa seguía mostrando la gran felicidad que sentía al estar en el escenario.

—Con el bajo, por aquí —dijo Axl señalando a Duff—. Se le conoce como el rey de las cervezas, ya no lo hace, pero así será reconocido por siempre, Duff McKagan.

Volteé mi mirada hacia Duff, recordé el verdadero amor que sentía por su bajo. Cada noche que subía al escenario, tocaba con dedicación y amor, podría jurar que no existe ninguna otra persona que sienta más pasión al tocar el bajo como lo hacía Duff.