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Había ido a darme una vuelta por Lafayette, la verdad es que ya no quería estar más en ese lugar.
Odiaba pelear con Axl.
Siempre todo acababa mal.
Así que decidí simplemente salir, tomar aire fresco, lo único que esperaba cuando llegara a mi casa era no encontrar a Axl ahí, no me sentía de ánimos para estar con él.
Tenía que aceptarlo, ya entre él y yo no habría nada, ya no serviríamos como pareja, ni como amigos, ni mucho menos como conocidos.

Me quedé en un parque que había cerca como por dos horas y después pasé por un lugar donde vendían pizza, me había dado hambre y con el poco de dinero que llevaba me alcanzó para comprar una pizza pequeña.
Al llegar metí la llave y me adentré a la casa, cerré la puerta detrás de mí, encendí la luz y esperé escuchar un ruido para ver si Axl se encontraba por ahí, al no escuchar nada, me adentré a la cocina y fue cuando lo vi sentado en el comedor con las manos sobre la mesa y su mirada completamente perdida.
Bufé y lo ignoré, para después dejar la pizza en la mesa, abrí la caja y tomé una rebanada para después llevármela a la boca.
Miré a Axl confundido, ya que no se movía, tomé un plato y me serví dos trozos de pizza en él y le pasé la caja a Axl.
Axl me miró de reojo y yo simplemente me di la vuelta y salí de la cocina para ir a mi cuarto.

Abrí la puerta de mi antigua habitación y me encerré allí, me comí la pizza con todo el gusto del mundo, tenía varios días sin comer algo decente, después me acosté en la cama y cerré los ojos.
Me estaba empezando a quedar dormido cuando la puerta de mi habitación se abrió fuertemente y yo me sobresalté.

—Puta mierda —susurré—. ¿Qué quieres, Axl? —pregunté sin abrir los ojos todavía esperando a que el pelirrojo me hablara.

—Quiero decirte algo.

—No quiero escucharte —dije todavía con los ojos cerrados.

—Vas a tener que hacerlo —dijo—. Si quieres no me mires, pero escúchame.

—Tienes diez segundos.

—Es muy poco con lo mucho que hablo, Jeff.

—Diez, nueve, ocho, siete —dije contando.

—¿Te quedarías conmigo? —dejé de contar.

—¿Eso es lo que tienes que decirme?

—Contéstame.

—¿Para qué?

—Contesta —repitió—. ¿Te quedarías conmigo?

—Ya te estoy respondiendo, ¿para qué quieres que me quede contigo si hace rato estábamos peleando?

—Eso hacemos, Jeff —contestó—. Peleamos —suspiró—. Tú me dices cuando soy un maldito egoísta hijo de puta y yo te digo cuando eres un imbécil arrogante, lo cual lo eres la mayor parte del tiempo.

—Entonces ¿para qué quieres que me quede contigo? —pregunté de nuevo.

—Porque lo que tenemos no va a ser fácil, va a ser muy difícil y tendremos que luchar día a día pero quiero hacerlo porque te amo. Quiero todo de ti, para siempre, Jeffrey —me incorporé rápidamente y lo miré con detenimiento.
—Cometí mucho errores, pero por ti haría cualquier cosa, Jeff, podría intentar cambiar, estos últimos meses fueron horribles sin ti, de verdad no quiero perderte —susurró—. Ayúdame a cambiar —Me acerqué a él y lo tomé del mentón y moví su cabeza de un lado a otro.

—¿Quién mierdas eres y qué has hecho con Axl Rose? —pregunté burlista y el pelirrojo rodó los ojos.

—Búrlate —dijo.

Perdóname, Izzy | {Izzaxl}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora