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Malibú, 1991.

—¿Puedo pasar? —preguntó el rubio teñido asomando su cabeza por la puerta de mi habitación.

Lo miré confundido no sabía qué demonios estaba haciendo en mi casa. Asentí y le hice una seña con mi mano para que entrara, y se sentó en una silla que estaba cerca de la puerta.

—¿Quién mierda te dejó entrar? —pregunté extrañado.

—Beta —contestó sin importancia.

—Tendré que hablar con ella —dije molesto tomándome la cara con ambas manos.

—Axl —me llamó y lo miré—. ¿Podemos hablar? —dijo seriamente.

—¿Sobre qué? —enarqué una ceja.

—Es sobre Izzy —cuando dijo su nombre, me sobresalté.

—¿Qué le pasó? —pregunté exaltado.

—No le ha pasado nada —contestó levantando sus manos, seguro esa fue su manera de "tranquilizarme".

—¿Por qué quieres hablar de ese imbécil? —le pregunté dolido jugando con los dedos de mis manos.

—Te he visto triste, decaído, muy mal y no dudo que no te duela, viejo —dijo—. Todos en la banda lo han notado, no sólo yo.

—¿Me vienes a dar una de esas charlas emocionales? —pregunté rodando los ojos.

—No, Axl —suspiró— Hay algo que quiero decirte.

—¿Qué? —pregunté, Duff me miró dudoso sin saber si debía decirme o no—. ¡¿Qué mierda quieres decirme?! —exclamé perdiendo la paciencia haciendo que se sobresaltara.

—Había algo entre ustedes dos, Axl —dijo tomándose la barbilla—. Lo notaba en cada concierto, bailabas, saltabas?y luego ibas hacía dónde él?y lo molestabas.

—Eso también lo hago contigo y con Slash, idiota —dije interrumpiéndolo.

—No, Axl —paró en seco—. Cuando te acercabas a Izzy, tenías un brillo diferente en tus ojos, yo... —hizo una pausa—. Cuando Izzy tocaba la guitarra, te gustaba verlo. Cuando lo presentabas para que cantara alguna canción en los conciertos siempre te acercabas a él lo suficiente?y lo mirabas a los ojos. Siempre que Izzy cantaba lo contemplabas y una vez te quedaste callado, no seguiste tu parte de la canción porque te distrajiste observándolo —en ese momento traté de interrumpirlo pero Duff no me dejó hacerlo y prosiguió hablando—. Yo no sé qué sucedía entre ustedes dos, pero yo sé que no era una simple relación entre amigos.

—¿"Entre ustedes dos"? —pregunté haciendo comillas con mis dedos.

—Él también te miraba y te observaba en el escenario, muchas veces noté que miraba tu trasero —soltó una risa y yo me sonrojé—. Él detestaba que te acercaras demasiado a Slash, gruñía y se volvía más callado que de costumbre.

—¿En serio? —pregunté haciéndome el desentendido.
Por supuesto sabía que lo que me estaba diciendo Duff era verdad, Izzy detestaba que me acercara demasiado a Slash.

—Axl, te recuerdo que yo solía pasar la mayor parte del tiempo con Izzy —contestó y yo rodé los ojos.

—No me lo recuerdes, McKagan —dije empezando a molestarme, Duff enarcó una ceja mirándome divertido—. Me ponía de mal humor verte tan cerca de él, me daban ganas de cortarte el maldito pene. Eras una mierda —le dije molesto cruzándome de brazos, Duff rió.

—Me sentía atraído por Izzy —dijo pensativo y yo lo miré mal—. No de esa forma, Axl —aclaró—. No lo sé, después de toda esa imagen de chico serio y de "me vale mierda todo" —dijo imitando a Izzy y yo reí—. Él era una persona muy tierna y es un buen amigo.

—Yo estaba con Izzy —contesté todavía con cierto dolor en mi voz y estoy seguro que Duff lo escuchó.

—Lo sé.

—No sé en qué momento sucedió, pero me volví a enamorar —comenté con la voz entre cortada, Duff no dijo nada esperando para que yo continuara hablando—. Duff, perdí a Erin, al bebé que sería mi hijo, a Stephanie, aunque dijeras que era una puta y perdí a Dylan —dije sintiendo como mis ojos empezaban a llenarse de lágrimas—. Yo sabía que todos los malditos hijos de puta que he conocido se irían de mi lado, pero nunca pensé que Izzy se iría —una lágrima cayó en mi mejilla—. Izzy siempre ha estado ahí para mí, Duff.

—Axl... —me llamó mirándome con cierta tristeza al verme a mí así.

—Lo amo, Duff —dije mordiendo mis labios para después soltar todas mis lágrimas.

Duff se levantó rápidamente de donde estaba sentado y se acercó a mí para abrazarme y darme unas cuantas palmadas en mi espalda.

—Puedes recuperarlo —dijo sin dejar de abrazarme.

—Me odia —dije fríamente sin dejar de llorar.

—Te ama, Axl.

Perdóname, Izzy | {Izzaxl}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora