Perdóname, Izzy | {Izzaxl}

[ 19 ]

Tokio, 1990.

—Izzy, ¡te lo advierto! —dijo Goldstein amenazante señalándome con su dedo índice.

—¿Qué? —pregunté haciéndome el desentendido encendiendo un cigarrillo.

—¡Deshazte de toda la droga que tengas! —me exclamó molesto.

—No tengo droga, Doug —contesté rodando los ojos y jalé de mi cigarrillo.

—¡Sí y yo soy Madonna! —dijo irónicamente—. Cuando regrese más te vale que no haya absolutamente nada de drogas, ¿entendido?

—Entendido —contesté molesto.

—¡Deshazte de la droga! —gritó. Doug me miró por última vez y cerró la puerta de mi habitación.

Terminé de fumarme mi cigarrillo y busqué toda la droga que tenía guardada.
"Deshazte de toda la droga", se repitieron sus palabras en mi cabeza.
¿Y si mejor guardo las drogas en un lugar donde nunca las vaya a perder?

***

—Hay un problema —llegó Goldstein donde se encontraba la banda, quienes esperaban que llegara junto con Izzy.

—¿Dónde está Izzy? —Axl fue el primero en notar que el menor no se encontraba y lo empezó a buscar con su mirada por todas partes.

—Eso iba a decirles —contestó su manager preocupado.

—¿Qué sucede? —preguntaron Duff y Slash al mismo tiempo.

—¿Se perdió? —preguntaron Gilby y Matt.

—Ojalá fuese eso —contestó Goldstein.

—¿Qué mierdas pasó? —preguntó Axl empezando a perder la paciencia, como de costumbre.

—Izzy está en coma.

—¡¿Qué?! —exclamaron todos, menos el pelirrojo.

—¡¿Cómo putas está en coma?! —preguntó el pelirrojo casi gritando.

—Le dije que se deshiciera de toda la droga y tal parece que lo hizo —su manager rodó los ojos—. Adivinen dónde la puso.

—¿Dónde? —preguntaron los demás y Axl se tapó la cara con ambas manos negando la cabeza.

—En su estómago —dijo Axl y Doug asintió.

—¿Cómo lo encontraste? —preguntó Duff.

—En la habitación del hotel, estaba tirado en la cama, inconsciente —contestó—. Está en el hospital.

—Vamos —el pelirrojo contestó fríamente y fue el primero en dirigirse al auto.

Por la mente de su mejor amigo pasaban muchas preguntas.
¿Qué demonios hizo?
El menor le había dicho al mayor que quería dejar las drogas y ahora se las metía en el estómago.
Más inteligente no podría llegar a ser su mejor amigo.

Cuando llegaron al hospital fueron a la habitación en la que Izzy se encontraba, todos querían saber en qué estado se encontraba y cuánto duraría en despertar.
Axl estaba estresado y muy preocupado, el hombre de su vida estaba en coma y no había nada que él pudiera hacer.
Llevaban horas esperando y nadie se les acercaba a decirles nada, hasta que llegó el doctor.

—¿Familiares del señor Stradlin? —preguntó el doctor.

—Algo así —contestó Doug.

—Tuvimos que lavarle el estómago al señor Stradlin después de todas las pastillas con droga que encontramos en él —rodó los ojos—. No sabemos con certeza cuánto tiempo durará en despertar, por ahora está en coma.

—¿Puede respirar? —preguntó Duff preocupado.

—Las funciones básicas como respirar y el latido del corazón no sólo las controla el cerebro, sino también existen otros mecanismos de apoyo. Por eso en estado de coma, éstos se mantienen.

—Entonces ¿si está respirando?

—Sí —contestó el doctor.

—¿Puedo entrar a verlo? —preguntó el pelirrojo atrayendo la atención de todos.

—Claro que sí, pasa —dijo el doctor—. Vendré pronto —el doctor se retiró.

Axl antes de entrar a ver a su amigo miró a sus compañeros de banda y les hizo un gesto haciéndoles entender que no tardaría.
Abrió la puerta de la habitación y la cerró, observó a su amigo acostado en la camilla del hospital y se acercó.
Izzy estaba con una manguera en la boca, tenía varios cables pegados a su cuerpo y un cable pegado a su nariz.
Axl tomó su mano y la sintió fría, al sentirla congelada puso la otra encima de la del menor.

—Hey Izzy —habló el pelirrojo—. Eres un idiota, ¿cómo vas a guardar las drogas en tu estómago? —dijo su mejor amigo.

Axl sabía que aunque una persona estuviera en coma, siempre podían escuchar.

—Me tienes asustado, Izz —habló Axl—. Dijiste que ya no querías consumir más drogas, ¿qué pasó? —dijo sin soltar su mano.

Lo miró y le dolió en el alma ver a su pelinegro de esa forma.

—Cuando despiertes seré el primero en decirte que eres un idiota —dijo Axl y sonrió, luego sintió como sus ojos se llenaron de lágrimas—. Mira lo que me haces, Isbell —susurró para limpiarse la lágrimas con sus manos.

—Me duele verte así, porque no me imagino un día sin ti a mí lado, Jeff —dijo el pelirrojo enredando los dedos con el pálido de su amigo—. ¿Sabes? Estás más pálido que de costumbre —Axl soltó una pequeña risa.

—Le diré a los demás que vengan, aunque odio compartirte y lo sabes —susurró.
Axl se acercó al menor y depositó un beso en la frente de Izzy.

—Te amo, Jeffrey.