[ 29 ]

1K 98 18
                                    

Malibú, 1991.

Mmm, ¿hola? —contestó el pelinegro adormilado.

—Izzy... —dijo una voz agitada en la otra línea.

—¿Axl? —dijo Izzy bostezando buscando un reloj para ver la hora.

—Iz... Izzy, yo... —susurró el pelirrojo con la voz entrecortada.

—Axl, ¿estás consciente de qué hora es? —preguntó Izzy medio dormido mirando la hora.
Las 2:35 de la mañana.

—Sí, sí... —suspiró entrecortadamente—. Es sólo que... —jadeó.

—¿Qué? —dijo el pelinegro en medio bostezo.

—No puedo dormir —susurró.

—¿Sabes cómo puedes dormir? Me cuelgas y cierras los ojos —contestó sarcásticamente.

—Izz... —suspiró—. No entiendes.

—Axl, ve a dorm...—

—¡No puedo hacerlo! —dijo el pelirrojo interrumpiéndolo y levantando la voz—. No puedo, no puedo, no puedo —dijo repetidamente.

—¿Andabas corriendo? —preguntó Izzy bromeando—. Te escuchas muy agitado.

—¡No, joder! —dijo alzando aún más la voz haciendo que Izzy borrara la sonrisa burlona de su rostro— Tuve una pesadilla.
—Me estaba haciendo daño, de nuevo —al pelirrojo se le quebró la voz y empezó a llorar desconsoladamente. Izzy aún por el sueño que sentía no entendía por qué su amigo se escuchaba así.

—¿Cómo dices? —dijo el pelinegro sentándose en la cama.

—Estaba abusando de mí, Izzy —el pelinegro al escuchar las palabras de su amigo se levantó rápidamente de la cama.
—Lo hacía una y otra vez... —sollozó—. Izzy, no puedo cerrar los ojos, veo su rostro en todas partes —dijo volviendo a llorar.

—Axl, cálmate, ve a tomar agua —dijo el pelinegro tratando de calmar a su amigo.

—No quiero, no quiero, maldita sea —sollozó una vez más—. Lo odio, lo odio con toda mi maldita vida.

—Voy para allá, ¿está bien?

—Está bien —dijo Axl con la voz entrecortada para después colgar.

***

—¿Axl? —lo llamó su amigo entrando a la mansión del pelirrojo.

Todo estaba completamente silencio.
El menor buscó Axl con su mirada esperando que se encontrara en la sala o en el comedor de su gran mansión, pero rápidamente su mirada se dirigió a las escaleras de la mansión. Izzy supuso que Axl debía estar en su habitación.
Caminó hacia las escaleras y empezó a subirlas velozmente, al llegar al segundo piso maldijo porque había olvidado cuál de todas los malditas puertas era la jodida habitación de Axl.

—¿Axl? —volvió a llamarlo elevando la voz.

—Por aquí, Izz —contestó una voz cerca dentro de una habitación cerca de donde estaba Izzy.

Izzy se aproximó al cuarto que parecía ser más grande y abrió la puerta.
Sus ojos se posaron en su mejor amigo, quién estaba sentado en la cama con la mirada perdida. Izzy sintió como su alma se desgarraba profundamente al verlo asustado con los ojos hinchados por estar llorando, con la respiración agitada y bañado en una capa de sudor en su frente.

Perdóname, Izzy | {Izzaxl}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora