5. Por lo vivido.

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Kaleb

Acepto el vaso de licor que me brinda la camarera por cortesía y le agradezco con un movimiento de cabeza, ni siquiera la estoy mirando mientras agarro el vaso.

La estoy mirando a ella. Canta una canción con sentimiento y otros mariachis le acompañan, se la ve hermosa vestida así, ¿para qué mentir?

—¿Estás solo? —me pregunta una muchacha, no parece venir de manera provocativa.

—En realidad estoy esperando a una persona —le respondo mientras vuelvo mi mirada a Summer en el escenario.

Ella se va y me quedo solo de nuevo, una canción tras otra. Me las arreglo con los nachos y una que otra cerveza, no quiero terminar en el piso diciendo tonterías.

—Pareces bastante concentrado en la chica —me dice un chico a mi lado.

Agarra una cerveza y se queda en silencio. Parece que es de mi edad, no se lo ve viejo como para tomar a mal lo que dice.

—Sí, las chicas como ella merecen que alguien las mire con concentración.

Él ríe, asintiendo con la cabeza.

—Mucho gusto, soy Thomas —me brinda su mano y la tomo.

—Kaleb —respondo.

Me invita una cerveza y me conversa, viene a este bar porque ha discutido con su novia llamada Raven. Aunque unos minutos después las oraciones se ven interrumpidas.

—¡Kaleb! —exclama Summer cuando me mira.

Sonrío y me levanto, ella sonríe y se lanza a mi cuerpo para que pueda abrazarla. Este tipo de abrazos me gustan, me gustan también este tipo de personas.

—Hola, solecito —saludo.

—¿Qué haces aquí? —pregunta.

—Vine a verte —digo—. Quiero que me acompañes a cenar.

Ella me dice que le espere un rato corto, que tiene que cambiarse de ropa en su camerino. Me giro hacia Thomas.

—Ella te gusta —sonríe.

—No, no —río negando—. Ella y yo somos amigos, sólo eso.

—Claro —asiente—. Y yo estoy aquí perdiendo mi tiempo en lugar de ir con mi novia.

—Espero que se reconcilien —digo.

—También espero eso —se levanta.

Toma el último trago de cerveza y se seca las manos en los jeans que carga, me extiene la mano. Tipo agradable.

—Nos veremos en otra ocasión, Kaleb Rowe.

Se va sin esperar y con una sonrisa.

—Espera, ¿cómo sabes... —veo que no espera, así que lo dejo— mi apellido.

Pero es absurdo, a lo mejor leyó todo lo que mandó a escribir Cole antes de que lo metieran en la cárcel y de allí sabe mi apellido.

—Ya estoy lista —me dice Summer.

Salimos del bar y caminamos hasta mi auto, el viaje fue agradable y corto, no quiso nada elegante así que fuimos a dar a un McDonal’s.

—Yo haré la orden y tú escoge la mesa para nosotros —me dice.

Lo hago con todo el gusto, minutos después ella se sienta frente a mí y me sonríe.

—Te ves radiante, solecito —sonrío.

—Se supone que los soles están radiantes todo el tiempo —responde.

—Definitivamente eres como un sol.

Ella ríe y la orden llega, agarra una papa frita al instante.

—¿Cómo está Pepper? —pregunta.

—Ella está muy bien, las cosas con Baxter parecen ir en el camino correcto. Son una buena familia ahora.

—Como desearía tener esa suerte.

Su suspiro llama mi atención.

—¿De tener a Baxter?

—No —niega—. De encontrar a alguien que me mire como Baxter mira a Pepper... como si fuera la única cosa o persona correcta en el mundo.

—No eres la única que desea a alguien así —digo—. Soy el mayor en mi familia, ahora sólo quiero encontrar a alguien que se quede. Además... mi abuela me exige matrimonio.

—Tu abuela parece buena onda.

—No sabes lo que dices —río—. Es una mujer increíble, pero también es mal agüero. Según ella yo nunca voy a encontrar a una buena mujer.

»Cuando lo pienso así, sólo quiero darle una lección para que me deje en completa tranquilidad.

Ella ríe, entonces su rostro pecoso se enciende como una llama viva y hermosa, tal como lo era ella.

—¡Entonces vamos a darle esa lección!

—¿De qué hablas? —me río.

—Voy a fingir ser tu novia frente a todos, sólo para darle una lección a tu abuela —dice.

—Tú, solecito, te volviste loca —digo.

—Vamos, Kal —insiste—. Ambos estamos solteros, no le hacemos daño a nadie.

Entonces me lo pienso. No puedo creer que lo haga, así que al final tomo una decisión y espero no arrepentirme.

—Está bien, lo haremos.

—¡Eso es! —choca su palma contra la mía.

Sería una buena oportunidad para demostrarle a mi abuela que puedo conseguir a una buena chica a su vista. Porque definitivamente esto sólo es un teatro.

—Muy bien, solecito —digo, agarro una hamburguesa—. A comer.

Miro de reojo su manera tan simple y perfecta de masticar los alimentos, su sorbos de gaseosa a propósito me sacan una risa inesperada.

—Vamos —le digo cuando ya no hay nada en la mesa—. Debo irte a dejar a tu casa.

Eso hago, el viaje fue algo corto y ella iba cantando lo primero que se le venía a la mente, hacía gestos de los rockeros y demás. Es increíble ese aura que tiene, es como un sol.

—Gracias por la cena, Kaleb —dice.

—No hay de qué, solecito.

Me da un corto abrazo y siento el olor de su cabello, soy bueno con eso: frutos del bosque. Ella se separa y me sonríe.

—Adiós, solecito —digo.

Ella asiente y baja del auto, veo como entra por el portón y se pierde de mi vista.

Llego a casa cansado y mi padre está observando una comedia con Anika. Pienso en Felicity, porque siempre pienso en ella. Se siente ese vacío de juventud en la casa.

—Hola, Kal —me saluda Anika.

Le sonrío y me siento a su lado, papá nos sonríe. Él mañana firmará sus papeles para el divorcio, a mí me parece que es lo mejor. Pienso en mis hermanas y como nos llevábamos todo el tiempo. Entre mal, cuando Pepper se fue; entre bien, cuando todo mejoró y la mayor parte de nuestras vidas. Por eso extraño a Felicity, por todo lo vivido.

Exactamente por eso, por lo vivido, es lo único que jamás lograrán quitarme.

¡Enamórate, Kaleb!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora