9. Es Summer, tu amiga.

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Kaleb

Anika se muerde el labio con nervios, Pepper insiste en que debería tener a la niña, pero la culpa de Anika es más grande. Cuando ella tenía problemas con Pepper, le deseó el mal a la bebé, pero las cosas han cambiado bastante con la muerte de Felicity y todos nos hemos empezado a comportar como lo que somos: una familia.

—No puedo dejar de disculparme por lo que dije, es que ni siquiera sé en lo que estaba pensando —le vuelve a decir Anika.

—¿En verdad te arrepientes de lo que dijiste? —le pregunta Baxter.

—¡Dios, claro que sí! —exclama mi hermana.

—Entonces no le des más vueltas al asunto —le responden Pepper y Baxter al unísono.

Pero sé que Anika sigue pensando en eso, aunque Pepper prefiere olvidar todo lo malo que ha sucedido. Eso es lo mejor.

—Son las siete y media, me tengo que ir al aeropuerto —les digo.

—Sólo tú quieres irte de viaje de esa manera —me reprocha la abuela.

—No iré solo.

Me despido y salgo de la casa para tomar un taxi, cuando lo hago, me acomodo a pensar. La invité a viajar conmigo sin más ni menos, sin temer a la respuesta. Ha dicho que sí y algo dentro de mí se alegra de que así sea, otra parte se preocupa.

Cuando llego al aeropuerto, ella está sentada con cara de sueño. Jim está en una jaulita, sonrío.

—Estás más allá que acá, pero en ambas dimensiones podrías verte hermosa.

—Tú en ambas dimensiones te verás sexy cada vez que te despiertes.

Me sonríe, su cabello está suelto y es verdad, está muy largo. Me siento a su lado pero no pasa mucho tiempo hasta que llaman a nuestro vuelo, después de hacer el montón de cosas que se hacen, abordamos.

Nos acomodamos en los asientos y también me siento cansado, casi no pude dormir.

—He visto fotos, las Islas Galápagos, es precioso el lugar —me dice.

—Lo sé —respondo—. Necesito un tiempo para mí antes de mudarme.

—Y soy una buena compañera.

—La mejor, solecito, la mejor.

Ella sonríe y hace nuevamente ese gesto que me hizo explotar el cerebro ayer por la mañana. Restriega su nariz contra la mía, me gusta. Me gusta ese gesto tan cursi y antiguo pero que en ella se ve bien.

—Por cierto, reservé una habitación en el hotel —comunico.

—¿Una habitación?

—Comprende, es un viaje improvisado —río.

—¡Oh, vaya! —ríe—. Está bien, lo acepto. Sólo no te vayas a aprovechar de mí, ¿eh?

—No prometo nada —bromeo.

***

El viaje fue largo, en verdad. Hemos llegado al hotel que está frente al mar y me gusta este lugar, está rodeado de agua. Espero poder explorar lo suficiente.

—Qué bonita vista —dice Summer, mirando por el balcón del cuarto.

—Lo es —afirmo.

La noche está cayendo, el golpe de las olas se escucha con gran claridad y me gusta. Me siento cansado y sé que ella también. Ha dejado a Jim pasear por la habitación, hasta que el hurón se acomoda en su pequeña cama que ella ha traído.

¡Enamórate, Kaleb!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora